Una fuente oficial de la institución, entrevistada por La Unión de Morelos y cuyo nombre se reserva por seguridad, reconoció hasta el día de ayer, que el pasado viernes 29 de octubre una llamada anónima fue recibida esa mañana a través del conmutador de la Cruz Roja en Cuernavaca.
Con palabras obscenas y altisonantes la voz de un hombre dijo “que nos cuidáramos porque iban a rafaguear la Cruz Roja”, aunque esta amenaza no fue del todo clara y “pensamos que se trataba de una broma”, informó el entrevistado.
Por tal motivo hicieron caso omiso. No obstante, esa misma tarde de nueva cuenta otra amenaza vía telefónica fue recibida, con el mismo mensaje de la primera llamada.
El mando refirió que esa noche, dos sujetos armados y con pasamontañas interceptaron a un paramédico que salía de turno y a quien le dijeron “en un tono light y sin violencia” que no acudieran a atender los llamados de auxilio.
Ante tal situación, los responsables de turno optaron por suspender el servicio de atención prehospitalario de las 23 horas de ese día hasta las 7 horas del siguiente, ante al riesgo latente que corría el personal de la distinguida institución.
“Nunca antes habíamos suspendido las actividades, ya que nuestra razón de ser es auxiliar a la gente lesionada… A nosotros no nos interesa si la persona herida es sicario o policía, nuestra labor social es protegerla”, manifestó el informante.
“Nuestra misión social es imparcial, neutral e independiente. Somos libres de cualquier corporación, por eso pedimos el apoyo de las autoridades municipales y estatales para desempeñar nuestra labor con seguridad”, apuntó el entrevistado.