Un hombre pasará 23 años en prisión y una mujer, 20 años, debido a que en 2018 privaron de la vida a un niño de cuatro años, en la colonia Otilio Montaño de Jiutepec.

Una mujer y un hombre fueron sentenciados por el asesinato de su sobrino de cuatro años de edad, al que llamaban “Nachito”, cuyo cadáver fue hallado en un refrigerador, en la colonia Otilio Montaño del municipio de Jiutepec, hace poco más de dos años.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que el juez hizo saber a Raúl Arturo “N” que pasará 13 años y cuatro meses de prisión por el delito de homicidio calificado y diez años más por el de ocultamiento de cadáver.

En seguida, Karina Guadalupe escuchó de voz del juzgador que por su participación en el homicidio permanecerá diez años en prisión y diez más por ocultar el cuerpo.

Asimismo, ambos pagarán una multa específica y la reparación simbólica del daño causado que asciende a más de dos millones de pesos.

Lo anterior, luego de que el fiscal de la Unidad de Homicidios demostró con pruebas que fueron ellos quienes privaron de la vida al niño, a finales de noviembre de 2018, en un inmueble de la colonia Otilio Montaño de Jiutepec, en presencia de otro niño de cinco años, hermano mayor de la víctima, así como de los dos hijos de los ahora sentenciados e inmediatamente ocultaron los restos para ocultar el crimen.

En relación con los hechos, fue en septiembre de ese mismo año, “Nachito” y su hermano fueron llevados al domicilio de sus victimarios, por su propia madre –hermana de Karina Guadalupe–, quien solicitó que se los cuidaran por un tiempo mientras ella atendía otros asuntos que le impedían estar al tanto de los pequeños.

Al paso de los días, las personas cercanas a la familia dejaron de ver a “Nachito” y los cuestionaron sobre su paradero, tras lo que la pareja argumentó que la madre de Raúl Arturo se los había llevado de vacaciones.

Sin embargo, ante la insistencia de la abuela materna del desaparecido, cambiaron la versión y dijeron que tres hombres se lo habían arrebatado en calles del Centro de Jiutepec, pero que no denunciaban por miedo a ser culpados.

Un día, la abuela se quedó a solas con el hermano de “Nachito” y le preguntó acerca del paradero de su hermano.

El menor le explicó con su lenguaje limitado que Raúl Arturo y Karina Guadalupe golpearon a su hermano con una manguera hasta que dejó de moverse, luego intentaron prenderle fuego en el patio del domicilio, pero al no lograrlo decidieron echar su cuerpo a la basura.

La mujer acudió al Ministerio Público en turno de la Fiscalía Regional Metropolitana, tras lo que inició la investigación en contra de la pareja por la desaparición forzada del menor y resguardó a los tres menores que hasta ese momento vivían con ellos. Después, agentes de la Policía de Investigación Criminal ejecutaron una orden de aprehensión en contra de ellos.

Los hechos fueron públicos y un matrimonio alertó a la Fiscalía de que Raúl Arturo y Karina Guadalupe habían llevado un refrigerador hermético a su domicilio, pidiendo que lo guardaran, pero ya no regresaron por él porque según argumentaron se cambiarían de casa y ya no cabía en la nueva vivienda.

Los servicios periciales hallaron dentro del electrodoméstico el cadáver de “Nachito”, envuelto en varias bolsas plásticas negras. De este modo la investigación por desaparición forzada se transformó a homicidio calificado y ocultamiento de cadáver, delitos por los que fueron sentenciados, a él con más de 23 años de prisión y a ella con 20.