Luego de que el hombre fuera presuntamente secuestrado la mañana de ayer, la madre del joven siguió el vehículo y llamó a la Policía.
Con base en los datos recabados, alrededor de las 11:48 horas de este jueves en la avenida Calzada de los Reyes de la colonia Tlaltenango de Cuernavaca, llegaron tres hombres a bordo de una camioneta Dodge, tipo Ram, color rojo, quienes son trabajadores de una clínica de adicciones con razón social “CRACH” Asociación Civil, ubicada en la calle De la Luz de la colonia Chapultepec del municipio de Cuernavaca.
Estas personas fueron contratadas por Mauricio “N” quien había pedido su apoyo debido a que su hijo de nombre Bruno “N” tiene problemas con las drogas, por lo que debía estar en tratamiento médico.
De acuerdo con lo dicho por el padre, el muchacho durante algunos días no tomó sus medicamentos y esto ocasionó que se alterara y terminara golpeando a su progenitor.
Por tal motivo, los empleados de la clínica identificados como Víctor Hugo, Rubén y Luis sacaron de la casa al joven y lo subieron a la camioneta para llevarlo a la clínica.
Algunos vecinos al darse cuenta de lo que pasaba se metieron a sus domicilios, porque pensaron que eran secuestradores y no querían tener problemas con ellos.
Minutos después llegó la madre de Bruno, la cual fue informada de lo sucedido por los lugareños, por lo que la mujer comenzó a buscar el vehículo en el que se habían llevado a su vástago.
Fue en la colonia Rancho Cortés en donde logró encontrar a estos individuos, así que los comenzó a perseguir y a la altura de la Paloma de la Paz pidió ayuda a un elemento de Tránsito para que detuviera a los tripulantes de la camioneta.
El reporte se pasó al sistema de emergencias 066 y en cuestión de minutos elementos municipales implementaron un operativo para cerrar los accesos de entrada y salida del municipio de Cuernavaca.
Los trabajadores de la clínica se metieron a la autopista México-Cuernavaca y fue en el entronque hacia la avenida Plan de Ayala que los policías federales y agentes municipales les cerraron el paso.
En el interior del vehículo iba el joven de 20 años de edad, el cual estaba amarrado; así que los uniformados sometieron a los tres hombres ya que creyeron que se trataban de plagiarios.
Los tres individuos fueron custodiados como delincuentes hasta la Procuraduría General de Justicia (PGJ) en donde al ser interrogados confesaron que estaban brindando un servicio y que el muchacho era llevado a rehabilitación.
El padre de Bruno acudió a dar su declaración para que dejaran en libertad a estos individuos, aunque trascendió que la madre del muchacho pretendía iniciar una denuncia contra ellos.