De acuerdo con información brindada por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), la autoridad judicial sentenció a 45 años de internamiento a Raquel Jazmín Porcayo, quien es culpable del homicidio calificado en agravio de Elvia Luna y aparte padece de sus facultades mentales.
Por esta razón, esta mujer permanecerá recluida en un área especial del Centro de Reinserción Social Morelos.
Como se recordará, el 4 de marzo de 2010 Raquel Porcayo fue detenida por ser la principal sospechosa de la muerte de Elvia Luna, de 20 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el relleno sanitario de Loma Mejía de Cuernavaca 24 horas antes.
El 3 de marzo de 2010, los trabajadores de la empresa PASA informaron a las autoridades que entre los desperdicios del tiradero de Loma Mejía, ubicado en la colonia Lomas del Bosque, se encontraron partes que en apariencia correspondían al cuerpo de una persona.
Por este motivo, la Procuraduría General de Justicia realizó el levantamiento del cadáver, dio inicio a la carpeta de investigación AHMDS/08/2010 y se abocó a la búsqueda y localización de la ahora imputada.
Una vez capturada, Raquel Porcayo confesó que se hacía cargo de la hija de la hoy occisa, mientras se iba a trabajar; sin embargo, desde hace algunos años atrás, dijo, sostenía una relación sentimental con un ex compañero de escuela del que se embarazó, pero perdió al bebé.
Ante tal situación, se aprovechó de su ocupación como niñera de Elvia Luna, pues Raquel Porcayo a su pareja le decía que la menor era de él, pero con el tiempo las cosas se complicaron. Y además, semanas antes del homicidio, la finada le manifestó que se llevaría a su hija.
Esta razón alteró a Raquel, por lo que comenzó a discutir con Elvia al grado de llegar a los golpes y una vez que logró que la víctima perdiera el conocimiento, la hirió con un cuchillo en el cuello, además de tratar de estrangularla y después asfixiarla con una bolsa de plástico.
Más tarde, Porcayo Mosqueda metió el cuerpo en bolsas negras, a las que roció gasolina y prendió fuego; enseguida lo colocó en más bolsas que arrastró hasta la calle, para que el camión de basura se las llevara.
Sin embargo, la feminicida no se percató de que afuera de su domicilio, ubicado en la calle Pirul de la colonia Teopanzolco, había dejado huellas, además de que el olor fétido del cuerpo había quedado impregnado en el lugar, evidencias que fueron determinantes para confirmar la responsabilidad de Porcayo Mosqueda.