La Procuraduría General de Justicia dio a conocer que el ahora occiso respondía en vida al nombre de José Luis Jacobo Santiago, de 38 años, quien residía en la calle Jacarandas del poblado de Atlacomulco, Jiutepec, y se desempeñaba como taquero.
Como se recordará, aquella noche fueron acribillados a balazos dos hombres más en diferentes calles de la colonia en pocos minutos. Primero, cerca de las 10:30 horas, fue asesinado Edwin Márquez Delgado en la calle Gladiola esquina con Salvador Montiel.
Edwin presentaba balazos en la cabeza y tórax; además, estaba maniatado hacia la espalda, vendado del rostro, así como sus pies se hallaban cubiertos con bolsas negras y también se encontraban amarrados con un lazo.
Aunado a esto, en el pavimento había una cartulina blanca con un mensaje firmado por “Puro Morelos” que amenazaba a las personas que considera como “Traicioneros, chapulines tiradores y a los integrantes de Guerreros Unidos”.
En el lugar se hallaron 30 cartuchos percutidos calibre nueve milímetros.
Tras este homicidio, a los pocos minutos, se reportaron otras dos balaceras en las calles de Tepozteco y de Ahuatepec.
En la primera calle, se encontró el cadáver de Pablo Ortiz Labra, de 23 años, vecino de la colonia Cerritos, Cuernavaca, quien fue reconocido por su hermano. La cabeza de Pablo Ortiz tenía varios impactos de bala y en el sitio se recogieron 14 cartuchos percutidos calibre .223 y seis calibre nueve milímetros.
En la segunda calle, a diez metros de la base de la Ruta Cuatro, quedó tirado bocabajo el cadáver de José Luis Jacobo, quien viajaba a bordo de una motoneta de color rojo con gris, placas L8010 de Morelos en el momento del ataque.
El cuerpo tenía tres impactos de bala en la espalda y el rostro. En el lugar se embalaron nueve cartuchos percutidos calibre .223. El occiso vestía una chamarra de cuero negra, pantalón de mezclilla azul y zapatos tipo minero negros.
Además, a 20 metros del cuerpo se halló una motocicleta color blanco, marca Honda, placas L200H de Morelos, con las luces encendidas.