Junto con sus hijos acudió a visitar a unos familiares a la ciudad de Cuautla, cuando en ese momento recibió una llamada telefónica a su celular, de una de sus hermanas, quien le informó que se habían metido a robar a su casa.
Al dirigirse a ese lugar, se dio cuenta que la chapa de la puerta había sido forzada y en el interior todo estaba en desorden y al revisar sus pertenencias le faltaban dos computadoras, un reproductor MP3 de 8 gigabytes, un reproductor dvd portátil, una cámara fotográfica digital, cinco teléfonos celulares, cinco pares de tenis nuevos, nueve juegos de videos.
También se llevaron una consola de videojuegos, alhajas de oro como esclavas, cadenas, una gargantilla, un anillo para caballero, así como la cantidad de cinco mil pesos en efectivo.
Empezó a investigar pero nadie le dio razón de los responsables, por lo que solicitó a las autoridades se investigue el robo, ya que se sospecha que la tenían vigilada y conocen sus movimientos. Pese a que la policía arribó al sitio, los delincuentes lograron burlar cualquier intento por ser detenidos.