El intercambio de información entre agencias de seguridad internacional, además de diversas denuncias ciudadanas, permitieron identificar la organización criminal de Pereira en México.
El objetivo de estas personas era impedir que se conociera el origen, destino y propietario de los recursos obtenidos del narcotráfico de organizaciones colombianas que operan en el Estado de México y Distrito Federal mediante pactos de secrecía.
Reportes de inteligencia señalan que la transportación del dinero era realizada por una persona identificada como “Héctor”, quien colectaba las ganancias entregadas por las organizaciones colombianas, mismas que operan en los estacionamientos públicos de centros comerciales del Estado de México y Distrito Federal y eran trasladadas en vehículos a una casa de seguridad.