De acuerdo con los primeros reportes, los malhechores se comunicaron con los afectados –vía telefónica– para informarles que, presuntamente, sus familiares estaban secuestrados.
En seguida, los trabajadores llamaron a las autoridades, por lo que agentes de la Policía de Investigación Criminal acudieron al lugar para llevar a cabo las indagatorias.
Posteriormente rastrearon la llamada y se percataron de que se trataba de un intento de extorsión y no de un secuestro.
En este sentido, descubrieron que la llamada telefónica se realizó desde el penal de Altamira, en Tamaulipas. El número ya está siendo investigado.