Como prueba está la detención de 14 integrantes del cártel de los Beltrán Leyva, la madrugada del 7 de mayo de 2009, en una residencia ubicada a unos cien metros de Casa Morelos, donde vive el gobernador, durante un operativo efectuado por fuerzas federales en la avenida Reforma, lo que derivó, ocho días después, en la detención de los secretarios de seguridad pública.
Luis Ángel Cabeza de Vaca el ex secretario de Seguridad Pública Estatal y Francisco Sánchez González, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Cuernavaca, fueron aprehendidos el 15 de mayo de 2009 por agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, acusados de brindar protección al cártel de los Beltrán Leyva.
Ambos fueron llevados a un penal de máxima seguridad en Tepic, Nayarit, y debido a que no se descarta que aún reciban protección oficial, en noviembre pasado Guillermo Pastenes, el abogado que encabeza la defensa de Cabeza de Vaca, citó a declarar al gobernador y aseveró que ésta audiencia sería definitoria para que se le dicte o no sentencia a ambos ex mandos de seguridad.
La madrugada del 11 de diciembre, en Ocotepec, municipio de Cuernavaca, en el fraccionamiento residencial, donde Arturo Beltrán Leyva participaba en una preposada, elementos de la Marina y Armada de México iniciaron una balacera que dejó cuatro muertos y medio centenar de detenidos, aunque el capo logró escapar.
La noche del 16 de diciembre, en el complejo residencial Altitude, elementos de la Marina se enfrentaron con sicarios de ese cártel, con resultado de siete personas muertas, entre ellas Arturo Beltrán.
A partir de entonces comenzó una ola de ejecuciones, y sólo en lo que va de 2010 se contabilizan más de 60 muertos, por la disputa entre los leales a Héctor Beltrán Leyva, hermano del fallecido Arturo, y Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, ex jefe de sicarios del cártel, quienes se disputan la plaza y el liderazgo de la banda.
Ejecutados
Desde entonces la guerra por la plaza se ha centrado en la capital del estado y sus inmediaciones con su cauda de ejecuciones, decapitados, colgados, mutilados y descuartizados. La mayoría de estas acciones han sido reivindicadas mediante mensajes en cartulinas que firman con las siglas CPS (Cártel del Pacífico Sur) y la mayoría van dirigidas contra La Barbie.
A los ataques se agrega la sicosis. El 16 de abril, un viernes, por medio de redes sociales de Internet, el CPS decretó un toque de queda y advirtió a los morelenses que se abstuvieran de salir por la noche a bares o discotecas, que tampoco circularan en camionetas de lujo con vidrios polarizados porque sus pistoleros iban a hacer una limpia y los ciudadanos corren el riesgo de ser levantados o ejecutados. La gente de Cuernavaca atendió el mensaje.
El 21 de abril dos hombres fueron ejecutados a la entrada de un bar con un mensaje firmado por Valdés Villareal, en el que advierte que tiene retenidos a 25 integrantes del cártel del Pacífico Sur que serán aventados en los próximos días.
Las autoridades federales, estatales y municipales no hacen nada para evitar estos balaceras, persecuciones, enfrentamientos y ejecutados; los habitantes aceptan que Cuernavaca se convirtió en la ciudad del eterno descanso o de la eterna balacera.
Por esta situación, 70 por ciento de la población morelense siente que vive en un estado inseguro, según la Encuesta Nacional Sobre Inseguridad 2009. En comparación con esta misma encuesta, en 2007 sólo 52 por ciento de la población creía que su estado era inseguro.