De acuerdo con los datos proporcionados por los vecinos, alrededor de las 14:20 horas del lunes escucharon un estallido y sintieron que el piso de cimbraba.
El siniestro se registró en la empresa de cartuchos y municiones, a donde a los pocos minutos llegaron elementos del Ejército mexicano, agentes de la Policía Federal, del Mando Único y personal de Protección Civil del estado y municipal, así como paramédicos de la Cruz Roja. Los elementos de estas dos últimas corporaciones ingresaron a la zona de la explosión.
Entre las víctimas se encontraba Adolfo González Merino, de 28 años de edad, quien perdió la vida en el lugar. Además había otras dos personas con lesiones de gravedad: María Teresa Martínez Victoria, de 41 años, y Rubén Ricardo Solís Flores, de 26 años, los cuales fueron trasladados de emergencia al Hospital General “José G. Parres” de Cuernavaca.
Sin embargo, en el nosocomio falleció el hombre, quien tenía el 80 por ciento de su cuerpo con quemaduras.
A las 15:00 horas, más de 100 personas ya se encontraban en la puerta de la empresa para tratar de obtener información del estado de salud de sus familiares.
Los minutos pasaban y la incertidumbre iba en aumento, debido a que ni los encargados de la fábrica ni las autoridades salían a dar alguna explicación para tranquilizar a la gente.
La situación se alteró cuando, media hora después, arribó una unidad del Servicio Médico Forense (Semefo).
La angustia se apreciaba en el tronido de dedos, los abrazos y las lágrimas de los ahí presentes.
Hasta el acordonamiento que invadía parte del carril llegaban las personas y conversaban con los policías para saber si sus parientes estaban entre los heridos, pero nadie les decía nada.
Fue a las 16:20 horas cuando una mujer de 60 años de edad, aproximadamente, de complexión delgada, tez morena, cabello chino y que vestía una blusa blanca con rayas rojas y verdes y falda comenzó a gritar que cerraran la carretera para que las autoridades salieran a informar lo que sucedía.
Las palabras de la señora motivaron a las más de 150 personas para que bloquearan la arteria por algunos minutos.
Posteriormente, una camioneta Suburban color blanco, con placas de circulación PAUL-7270, se estacionó en la entrada y bajó Matías Quiroz, secretario de Gobierno, el cual iba escoltado por varios agentes. Al funcionario se le permitió el acceso de inmediato.
Al sitio también llegó el diputado federal Luis Miguel Ramírez, quien platicó con las personas que pedían ayuda para saber si sus familiares se encontraban bien.
En su desesperación, varios individuos pasaron la zona de acordonamiento y llegaron hasta la entrada, en donde gritaban que dejaran salir a los trabajadores, ya que la fábrica “era una bomba de tiempo”. Algunos de ellos comenzaron a golpear el portón, pero después se tranquilizaron.
A las 17:15 horas, cuatro vehículos de Bomberos de Cuernavaca, de Protección Civil, del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y del Semefo, así como los empleados, comenzaron a salir. Entre ellos iba un joven de 25 años, quien vestía ropa blanca, el cual cojeaba del pie izquierdo.
Los directivos de la empresa de cartuchos y municiones comentaron que ya habían localizado a la familia de Adolfo González Merino y de María Teresa Martínez. En el caso de Rubén Ricardo, aseguraron que les marcaron por teléfono a sus parientes pero no contestaron, así que fueron a su domicilio para decirles lo ocurrido.
Cabe destacar que la mayoría de los trabajadores sufrieron crisis nerviosa y otros se encontraban aturdidos por la explosión. En total, fueron evacuadas 358 personas que se encontraban en las áreas verdes de la empresa.
Hasta el momento no se ha determinado la causa de este accidente; sin embargo, los directivos se comprometieron a realizar las investigaciones minuciosas. Además, las instalaciones de la fábrica estarán custodiadas por el Ejército mexicano hasta que la Procuraduría General de la República y la Fiscalía General del Estado realicen las pesquisas.