“Hay algunos que ya se fueron a Cancún o a otros sitios turísticos, donde llegan personas de otras nacionalidades”, dijo Guadalupe Chipole del Centro de Atención y Apoyo a Migrantes AC.
En México hay más de 280 call centers que brindan servicio a clientes internacionales de cable, telefonía, banca, aseguradoras y aerolíneas. Donde los empleados tienen que dominar el inglés como idioma natal.
“Esta es una gran oportunidad para los migrantes”, afirmó Juan Antonio Olivares de Mercadotecnia, call center ‘Atento’
Antonio Reyes pasó más de 10 años en Estados Unidos como indocumentado.
“Como estaba yo de ilegal, mi plan era continuar estudiando, pero para entrar a una escuela, allá, era complicado”, señaló Antonio Reyes, supervisor de call center.
En el 2011 regresó con su madre a México por decisión propia. Le tomó un año revalidar sus estudios en la SEP. Ahora es supervisor en un call center.
“Creo que el temor de regresar a México es que las noticias se concentran en lo malo y no ven las noticias de lo bueno”, reiteró Antonio.
Diter Salinas tiene doble nacionalidad. Nació en Estados Unidos, pero se estableció en México, después de sufrir discriminación.
“Siempre para todo, de dónde eres, hasta los mismos policías siempre me paraban por cualquier cosa, a ver párate y siéntate ahí”, comenta Diter Salinas del call center ‘Atento’.
Trabaja en oficinas de call center de la colonia Roma de la Ciudad de México.
“Son 8 horas al día y todo es en inglés”, afirmó Salinas.
Pero Rubén González, de 46 años, fue deportado hace un mes y no ha encontrado trabajo.
“Estaba contento porque ya no estaba en la prisión, triste por la realidad que se vive aquí, para buscar un trabajo no en cualquier lado te lo pueden dar”, reiteró Rubén González.
Pasó 11 meses en cárceles federales de EU, antes de ser deportado.
Ya tenía la residencia legal, pero por orden de la administración Trump, lo detuvieron por haber portado una dosis personal de cocaína 25 años antes.
“Cuando me agarraron con esa posesión, nomás estuve una noche y ahorita, para que me deportaran: 11 meses”, explicó Rubén.
En Chicago, dejó esposa con residencia legal y 4 hijos ciudadanos americanos.
Vive con una prima en Coacalco, Estado México, en donde no ha podido obtener su credencial de elector, debido a la veda electoral.
“Es muy desesperante para ellos”, dijo Guadalupe Chipole.
Guadalupe Chipole, coordinadora del Centro de Atención y Apoyo AC señala que el 90% de los migrantes urbanos, no tienen una casa propia.
“Están poniéndose a vender cosas, incluso las mismas cosas que ellos traían de su patrimonio, empiezan a echar mano de eso”, destacó Chipole.
El gobierno de la Ciudad de México otorga apoyos a migrantes repatriados por 25 mil pesos, el problema es que los recursos tardan medio año en llegar.
El Congreso destina 300 millones de pesos para apoyo a migrantes en 27 estados de la República.