Lucero Guadalupe Sánchez había logrado lo que nadie en su natal Sinaloa: con 24 años de edad era la persona más joven en llegar a una diputación local. Siempre quiso dedicarse a la política y parecía que estaba cumpliendo su objetivo.
Algo pasó en el camino y ahora está detenida en Estados Unidos, acusada de tráfico de cocaína, donde podría recibir una condena de hasta 20 años de prisión.
La historia pública de Lucero Guadalupe se inició cuando, según el diario mexicano Excélsior, conoció en una fiesta a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, entonces el hombre más buscado en México y Estados Unidos.
Guzmán no solamente era prófugo de la justicia, sino que estaba casado con Emma Coronel desde 2007, aun así existen distintas versiones sobre una supuesta relación sentimental con la legisladora, a la que en México se la empezó a conocer como la “chapodiputada”.
El 4 de noviembre de 2014 fue captada por las cámaras de seguridad del Penal de Máxima Seguridad del Altiplano, cercano a la capital mexicana, adonde presuntamente ingresó con un acta de nacimiento y una credencial para votar falsas para visitar al capo.
Los problemas para Lucero empezaron en abril de 2015, cuando las autoridades carcelarias presentaron ante la Fiscalía Federal una denuncia en su contra por el uso de documentos falsos.
En una entrevista con Radio Fórmula, el 14 de enero de 2016, dio respuestas muy vagas sobre su relación con el capo, sólo dijo que para ella lo que dijeran los medios de comunicación no contaba.
“Yo pienso que es otra cortina de humo para desviar la atención de las noticias, para desviar lo más importante que está pasando en el país como es la Economía”, dijo y retó a quienes la relacionaron con “El Chapo” a presentar pruebas de que había pasado con él las fiestas de Año Nuevo en 2016 en el municipio de Guamúchil y de que era la madre de uno de sus hijos que había nacido en Estados Unidos.
A pesar de que las autoridades penitenciarias habían presentado fotografías suyas ingresando al penal, negó conocer al fundador del Cártel de Sinaloa. “Lo he visto en ocasiones, pero no de cerca”. Y afirmó, en un primer momento, nunca haber platicado con él.
En tribuna también llegó a negar cualquier relación y pidió que la autoridad actuara en caso de existir algo en su contra. “De nueva cuenta reitero que actúen conforme a derechos y no a filtraciones ridículas. Asimismo, interpondré un recurso en la Comisión de Derechos Humanos por daños a mi persona, a mis hijos y a mi familia”, expresó.
Posteriormente, admitió ante medios de comunicación que sostuvo una llamada con el capo, quien desde la cárcel le habría pedido asesoría ante los presuntos ataques que sufrieron sus hijos menores de edad por los allanamientos de la Marina en sus propiedades.
Habló de un niño de 9 años de edad y de un adolescente de 16.
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