EsteMartes Jaime Rodríguez Calderón rebasó la cantidad de firmas necesarias para poder ser contendiente por la Presidencia en 2018. Ahora solo debe completar adhesiones en Estados, pero su camino luce ya despejado. El gobernador ahora ingresa al mundo donde más cómodo se siente: las campañas.
Su colecta de firmas ha tenido un desempeño notable en Tabasco, zonas rurales del Edomex y de clase media baja en Nuevo León.
Esta primera etapa cristaliza la idea de que es una figura de buen conocimiento a nivel país (30%) y que tiene a sus seguidores en las franjas del antisistema y el malestar contra el statu quo. El target que gurú Memo Rentería detectó y sobre el cual se volcará toda la munición de esta campaña. Es el mismo público de AMLO y Morena.
Estas semanas de junta de firmas confirmaron además en el Palacio de Cantera el axioma de que, evidentemente, el Bronco es una figura mucho más simpática y aceptable fuera de Nuevo León que dentro. Afuera sigue viviendo el personaje, el ranchero irreverente de frases cortas y salidas entretenidas. El gobernante es desconocido en otras geografías.
Los grandes temas están fuera del radar de esta campaña que se está construyendo en ideas muy simples sobre la economía, la seguridad y la relación con EU. Algo de eso se pudo ver en el primer viaje de campaña en Baja California, semanas atrás. el gobernador trata de transitar fuera de las etiquetas de todo el resto de los candidatos.
Por ahora el Bronco también es consistente en que no critica a AMLO, sólo a José Antonio Meade, un táctica sutil para acercarse, lentamente, hacia esa misma zona de búsqueda de voluntades.