Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), aseguró en entrevista, que busca que el legado institucional de su gestión sea el recuperar la credibilidad pública del organismo a su cargo. Señaló que los debates presidenciales sientan un precedente de mejora para el futuro.
¿Cómo llega el INE a la elección del 1 de julio?
El INE llega muy robustecido. No ha un proceso sencillo, es el proceso más grande nuestra historia. Llegamos a una elección con un índice de concurrencia de elecciones locales y federal inédito. En 30 estados habrá procesos locales, y eso vuelve a este proceso el de mayor complejidad de nuestra historia.
Tuvimos que convocar a 1,400,000 ciudadanas y ciudadanos, que serán los responsables de recibir y contar los votos en un contexto de desafección, de crisis de confianza hacia las instituciones, incluidas las instituciones electorales, y de descontento democrático.
Estamos hablando de un país en donde las elecciones requieren de la ciudadanía para poder realizarse, no solo como votantes sino literalmente como constructores de la elección.
¿La reforma electoral fue buena para dar más capacidades al INE?
La reforma es muy compleja y, salvo la gubernatura de Baja California que se elegirá en 2019, todos los cargos de elección popular a nivel federal y local habrán sido elegidos ya con las nuevas reglas.
Estas reglas han demostrado su viabilidad y su pertinencia para recrear la democracia. Son reglas que nos están permitiendo organizar puntualmente, no sin complejidades, la elección más grande de la historia.
Debemos actuar con muchísima responsabilidad, asumiendo que las elecciones no son un punto terminal; la vida del país no se acaba el primero de julio, los problemas del país no se van a terminar ese día, y a partir del 2 de julio tendremos que recomenzar la vida común. Ello implica actuar con mucha responsabilidad.
¿Los partidos políticos han estado a la altura? Algunos dicen que no confían en las autoridades electorales.
Yo te diría, hablando que la confianza no se puede traducir en pedir cheques en blanco, el INE jamás ha pedido cheques en blanco ni a la ciudadanía, ni a los actores políticos, ni a los partidos, creo que la confianza se tiene que construir, se tiene que construir con decisiones y con actuaciones. Creo que el instituto ha actuado de manera firme en la cimentación de sus acciones.
Todos tenemos que demostrar que estamos a la altura, incluido los partidos políticos. Hemos visto campañas muy intensas, hemos visto campañas que en muchos casos han privilegiado la descalificación del contrario, que se vale con ciertos límites que están establecidos en la ley, en ocasiones incluso por encima de las propuestas. Sin embargo, creo que ha habido espacios privilegiados para que la esas propuestas fluyan hacia la ciudadanía.
¿Hay tensión con el TEPJF?
Te diría esto: hay que partir de una premisa, la relación entre el INE y el tribunal es una relación tensa por la propia naturaleza del diseño institucional. Salvo el tema de la calificación de la elección presidencial, que termina en el tribunal haya o no conflicto después de los cómputos, incluyendo la calificación de la elección y la entrega de la constancia de presidente electo que depende del tribunal, esa instancia solo conoce las decisiones del INE cuando hay una controversia o impugnación.
(Pero…) yo creo que la relación es buena y siempre, como toda relación institucional, tiene ámbitos de mejora.
¿De qué tanto depende la gobernabilidad del país del INE el 2 de julio?
Déjame decírtelo así: el primero de julio el INE se convierte de oficina pública en el ente público más importante para la gobernabilidad democrática, y de su buen trabajo depende justamente la misma; de acotarle el espacio a la especulación y a la incertidumbre que son dos elementos que, si no se controlan, pueden acabar provocando una crisis política.
El INE está trabajando todos los días para evitar eso que ocurra, de hecho, la experiencia que hemos tenido nos da herramientas suficientes para saber las buenas prácticas e identificar en donde hay áreas de mejora, hoy el INE es una institución que va a generar mucha información porque sabemos que cuando la autoridad no genera información esos vacíos los ocupan eventualmente otros actores que no necesariamente tienen como compromiso la gobernabilidad del país.
¿Cuál busca que sea su legado en el INE y tras la elección del 1 de julio?
Hablando del legado institucional bajo mi gestión, mi aspiración es que esta institución después vuelva a recuperar la credibilidad pública, que es indispensable para que la confianza en torno a las elecciones y a los procesos democráticos se asiente, se consolide.
Me gustaría que el trabajo realizado en esta elección les quite el foco a las elecciones, para pasar a ocuparnos de otros temas que son graves, que son delicados, que constituyen los grandes problemas nacionales. Que echemos a andar el sistema anticorrupción y eso se va a lograr solamente si las elecciones dejan de ser vistas como un problema.
Mi aspiración es, justamente, reconstruir la credibilidad en torno al sistema electoral y en torno al Instituto Nacional Electoral, qué es un ejemplo a nivel mundial de una autoridad electoral sólida, y que lo electoral sea visto ya no como el gran momento de nuestra vida política sino simplemente como parte recurrente ordinaria de la normalidad de la vida democrática. Si logramos hacer esto, en el momento que deje el cargo me iré con el buen sabor de boca del deber cumplido.