La suspensión de los envíos de aguacate hacia Estados Unidos, por el retiro de personal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), genera preocupación e incertidumbre entre los trabajadores de la industria de la exportación.
En Uruapan, Michoacán, considerado la capital mundial del aguacate, el campo de exportación está paralizado. Los cortadores se han ausentado de las huertas en las que habían trabajado a marchas forzadas para cumplir la demanda por el Super Bowl.
“Es mucha fruta la que queda en los árboles. No se puede quedar; ya se empieza a caer y el precio de la fruta en piso ya es muy barata. Siento mucha tristeza de ver a las personas que dependemos de esta industria muy angustiados, es muy desolador y un gran duro golpe a la economía porque del aguacate dependen cerca de 300 mil empleados", expresó Luis Manuel Soto, dueño de las huertas La Esperanza, en Nuevo Zirosto.
El empresario aguacatero señaló que empacadores de esa región analizan ampliar sus ventas hacia Japón o Canadá, con el objetivo de no depender enteramente del mercado estadounidense, al que actualmente destina el 90 por ciento de su producto agrícola.
Una de las plantas empacadoras más grandes de la región, Grupo Aguacatero Mexicano (Gamex), paró labores desde el viernes pasado, tras la salida de ingenieros de la USDA, por considerar que no hay garantías de seguridad para su labor, debido a una amenaza telefónica.
Los trabajadores de este sector, que no han dejado de asistir a la planta, están en la incertidumbre y temen que la situación no se regularice en el corto plazo.
Para los directivos de esta empresa, es lamentable que nuevamente, la inseguridad reste competitividad a Michoacán, estado que, hasta ahora ha sido el principal proveedor de aguacate de Estados Unidos.
“Es aguacate que están necesitando, nos están hablando nuestros clientes, nos preguntan que qué está pasando, que cuándo mandamos la fruta porque tienen contratos y compromisos y quieren saber qué tan rápido se va a destrabar esto”, compartió el director de Gamex.
Por el momento, la situación no es crítica para el sector, pero de continuar la suspensión de envíos, en cuatro semanas algunas empresas no podrán solventar los salarios del personal.