La violencia en la Sierra Tarahumara no es nueva. Desde el 2008 esa región ha sido escenario de hechos violentos cometidos por grupos criminales que han atemorizado a la población, donde ningún gobierno ha logrado recuperar el control
“Esa zona de la sierra ha estado desde hace tiempo muy infiltrada, penetrada, dominada por la delincuencia”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
José Nuriel Portillo Gil, ‘El Chueco’, es uno de los principales generadores de violencia en la Sierra Tarahumara.
El 16 de agosto de 2008 hombres armados irrumpieron en Creel y atacaron a jóvenes que participaban en un festejo después de una competencia deportiva. Trece personas fueron asesinadas, entre ellas un bebé de 11 meses.
También en Creel, el 15 de marzo de 2010, un convoy de hombres armados arribó a la ciudad y asesinó a 9 personas, entre ellas una menor de 14 años.
Tras estos hechos violentos, el sacerdote jesuita Héctor Martínez, actual vicario de la diócesis de la Tarahumara, impulsó la creación de una Unidad Deportiva para recuperar los espacios públicos y la convivencia social
“En Creel no hay nada más que los jóvenes puedan hacer o es deporte o es la parranda, o andar dando vueltas en las camionetas en la calle principal”, refirió Héctor Martínez, sacerdote jesuita Creel, Chihuahua.
El 31 de enero de 2010, la matanza de 15 jóvenes estudiantes que encontraban en una fiesta en una vivienda en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, cimbró a todo el país.
Tras lo ocurrido el lunes en Cerocahuil, la Fiscalía de Chihuahua reiteró que José Noriel Portillo Gil, el chueco, es uno de los principales generadores de violencia en la sierra tarahumara. Es considerado jefe de de la organización gente nueva, una escisión del Cartel de Sinaloa que opera en las localidades de Cerocahui, Bahuichivo, Porochi y poblado rodeo, en Urique. Ha sido señalado por controlar la tala en la región y provocar el desplazamiento de familias indígenas.
Tan solo en en 2018, José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, fue señalado por el entonces gobernador de Chihuahua, Javier Corral, como principal sospechoso por el asesinato en Urique del turista estadounidense Patrick Braxton Andrew, a quien el sicario habría confundido como agente de la dea. En 2019, también fue señalado como el responsable de la desaparición y homicidio del activista Cruz Soto Caraveo, integrante del Colectivo de Familias Desplazadas de la Serra Tarahumara.