Una investigación difundida en 2021 certificó lo que para muchos ya era algo evidente; que el hundimiento de la Ciudad de México (CDMX) es constante, grave y al cual no se le ve una solución a corto plazo. Este fenómeno ocurre de manera tan rápida que hace que la capital del país se hunda casi 50 centímetros por año, lo que ha generado además la fracturación del suelo citadino, con las implicaciones que esto conlleva.
Se trata del estudio "Over a Century of Sinking in Mexico City: No Hope for Significant Elevation and Storage Capacity Recovery", realizado por Advancing Earth and Space Science y publicado en marzo del año pasado, resultado de un trabajo desarrollado por científicos estadounidenses y mexicanos, quienes llegaron a la conclusión de que amplias franjas de tierra debajo de la ciudad se están compactando de manera constante, después de un drenado continuo de los acuíferos subterráneos que se ha extendido muchos años.
A esta conclusión llegaron luego de comparar datos recabados a lo largo de 115 años de mediciones terrestres y 24 años de mediciones de GPS; además, pronosticaron que el suelo de la CDMX se continuará compactando durante al menos 150 años más, lo que sumaría hasta 30 metros al hundimiento que ya ha registrado la metrópoli a lo largo de los siglos XX y XXI.
Hundimiento refleja la constante compactación del antiguo lecho del lago
El estudio señala que a diferencia de otros tipos de hundimiento registrados muchas ciudades de mundo, en el caso de la CDMX éste refleja la constante compactación del antiguo lecho del lago de Texcoco sobre el que se construyó la actual ciudad, y que rodeó la antigua Tenochtitlán.
Una vez construida la actual CDMX, y conforme la extracción del agua subterránea se intensificó, éstas se volvieron más profundas y provocó que el lecho del lago, salado y rico en arcilla (con aproximadamente 100 metros de espesor), quedara seco. Desde entonces, sus granos minerales se han vuelto cada vez más compactos, generando que el suelo se reduzca y se hunda.
Entonces, la falta de agua en el antiguo lecho del lago está afectando el sedimento natural de la zona y los resultados pueden ser muy graves para los habitantes de la metrópoli ya que además de estar en riesgo el abastecimiento de agua para los millones de habitantes, también está en riesgo la infraestructura pública sobre la superficie.
Este tipo de compactación del lecho del lago es irreversible, revela análisis
De acuerdo con los investigadores, este tipo de compactación es irreversible y es responsable de la aparición de importantes fracturas en múltiples zonas de la CDMX, las cuales dañan edificios, sitios históricos, alcantarillas, así como líneas de gas y agua que hay en la ciudad.
El análisis señala que estas fracturas también están abriendo el suelo a aguas superficiales contaminadas, lo que podría dificultar aún más el acceso al agua potable en la ciudad. De acuerdo con el estudio “el escenario está listo para una doble crisis de agua y hundimiento si no se implementan acciones drásticas de gestión del agua”.
La investigación destaca que si bien no toda la CDMX se hunde al mismo nivel, sectores con el Centro Histórico, uno de los más afectados, lo hace a un ritmo de 40 centímetros al año, algo que es visible en muchos edificios localizados en esta zona, los cuales han registrado grietas, fracturas y desnivel de manera significativa en los últimos años.
No hay esperanza de recuperar la elevación perdida
Los autores del estudio destacan que en la actualidad, el sedimento está comprimido en un 17 % y se estima que en 150 años se alcance el 30 % de compresión en las capas de arcilla. Si bien apenas se ha sobrepasado la mitad de este estimado total, reiteran que los cambios son casi irreversibles
"Incluso si se elevaran los niveles de agua, no hay esperanzas de recuperar la gran mayoría de la elevación perdida y la capacidad de almacenamiento perdida", destacan el el informe.
Los cimientos poco profundos y el peso propio de la Ciudad propician que el suelo se compacte, un fenómeno que se ha vuelto casi imposible de revertir debido a la constante extracción de agua y la creciente expansión de la Ciudad, esto hace que la situación se torne preocupante en términos de urbanización y acceso a los recursos naturales.
La crisis hídrica en la CDMX
El Coordinador General del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX), Doctor Rafael Bernardo Carmona Paredes, explicó en entrevista con El Heraldo Digital el fenómeno de la expansión urbana y sus consecuencias:
"La zona urbana, la mancha urbana ha crecido y ha cubierto un porcentaje muy alto de el suelo de la Zona Metropolitana y por lo tanto ahí es donde no podemos almacenar agua. La CDMX, al igual que muchas otras ciudades del mundo, tiene que ver por la conservación delos recursos hidráulicos que tiene disponibles", declaró.
Como medida ante este hecho, en agosto pasado, el Gobierno de la Ciudad de México, del Estado de México y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) presentaron, “por primera vez en la historia”, un “Plan Integral de Abastecimiento de Agua Potable para el Valle de México”, que tendrá una inversión conjunta de poco más de 19 mil millones de pesos.
Este proyecto, que abarca el periodo 2019 a 2030, tiene como objetivo garantizar el derecho al agua y los servicios ambientales de los ecosistemas. Cabe destacar que el 70% del agua potable de la capital proviene de la extracción de agua subterránea de pozos con una profundidad promedio de 600 metros y una profundidad máxima de 3 mil metros.
Sismos y agrietamientos afectan a Ciudad de México
Francisco Lermo Samaniego, investigador del Instituto de Ingeniería (II) de la Universidad Nacional Autónoma de México, colabora en la elaboración de mapas de microzonificación por regiones, para identificar afectaciones como sismos, hundimientos y agrietamientos que diariamente afectan a la capital del país.
“En el Instituto de Ingeniería estamos trabajando con proyectos que patrocina el gobierno; sin embargo, nos falta mucho, especialmente en la zona de transición (entre las zonas de lago y de lomas). Falta estudiar los efectos de los agrietamientos, crear una normatividad para éstos, así como indagar suelos de la zona de transición densamente poblados para evaluar el impacto de los sismos en esas regiones”, reconoció.
A la fecha, los mapas de microzonificación del II se han hecho para el gobierno de Ciudad de México y para las alcaldías. “El problema es después hacerlos realidad, que se implementen y hacer una normatividad, pero eso ya depende de los legisladores”.