El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha enfatizado que la llegada de fuerzas especiales de Estados Unidos a México para entrenar al Ejército Mexicano es una práctica que se repite año tras año por lo que negó que sea “intromisión”.
“No es ninguna intromisión o afectación a nuestra soberanía. Ya no es el tiempo de antes que entraban sin pedir permiso”, declaró este martes.
Durante la conferencia de este martes, el mandatario explicó que esta solicitud, que debe ser aprobada por el Senado de la República, es parte de un acuerdo continuo entre los ejércitos de México y Estados Unidos.
Según López Obrador, este acuerdo involucra visitas periódicas de oficiales mexicanos a Estados Unidos para actualizarse, así como la llegada de oficiales estadounidenses a México para brindar capacitación especializada.
El motivo detrás de la solicitud reciente al Senado es permitir que 11 elementos de fuerzas especiales de Estados Unidos visiten México para proporcionar capacitación a las fuerzas armadas mexicanas, específicamente a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La duración de su estancia en México está programada para ser de aproximadamente dos meses, desde el 23 de enero hasta el 21 de marzo de 2024, y se espera que cuenten con armamento, municiones y equipo especial.
El presidente López Obrador subrayó que no se trata de la entrada de tropas estadounidenses en México, sino de una colaboración de oficiales que se realiza de manera constante en virtud del acuerdo bilateral entre ambas naciones. Además, destacó la importancia de mantener una relación de cooperación continua con Estados Unidos en asuntos de seguridad, economía y finanzas.
Cuando se le preguntó si esta solicitud estaba relacionada con su reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en noviembre pasado, López Obrador aclaró que no se trataba de un acuerdo derivado de esa reunión, sino de una práctica que se lleva a cabo de manera rutinaria.
López Obrador se ha pronunciado en diversas ocasiones en contra del ingreso de tropas estadounidenses en territorio mexicano, especialmente por el caso del operativo “Rápido y furioso”, que de 2006 a 2011, durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón introdujo armas estadounidenses a México.