En respuesta a la alarmante ola de inseguridad que afecta a los transportistas y choferes en México, diversas asociaciones han convocado a un paro nacional programado para el próximo 5 de febrero.
La medida, impulsada por Conductores Federales Unidos, tiene como objetivo expresar públicamente la inconformidad y la insatisfacción ante problemáticas irresueltas que han afectado a la integridad y seguridad de los conductores en carreteras federales.
A través de un comunicado difundido en redes sociales, se detalló que la movilización busca manifestar de manera pacífica y legal las preocupaciones acumuladas a lo largo de los años.
“Ofrecemos una disculpa a la ciudadanía que se verá afectada por la movilización de transporte de carga en diferentes carreteras federales”, finaliza el comunicado.
En una entrevista con Ciro Gómez Leyva, David Muñoz, presidente nacional de Conductores Federales Unidos, destacó que, además del paro de labores, se llevarán a cabo marchas pacíficas en todo el país como parte de la protesta. Muñoz enfatizó que la inseguridad en las carreteras ha alcanzado niveles preocupantes, superando incluso los índices de otras ciudades.
El presidente de la asociación denunció la corrupción policial dirigida hacia los conductores de transporte, subrayando que se han agotado todas las instancias para resolver la problemática. A pesar de haber participado en mesas de trabajo y diálogos con la Guardia Nacional, los transportistas aseguran que solo han obtenido evasivas como respuesta.
En la entrevista, Muñoz explicó que la Guardia Nacional alega limitaciones presupuestarias para la vigilancia, ejemplificando con el hecho de que se les ha asignado alrededor de 3 mil 549 patrullas para supervisar más de 40 mil tramos carreteros a nivel federal.
La principal exigencia de los transportistas es una atención prioritaria a las carreteras más inseguras, demanda que hasta el momento no ha sido atendida.
Muñoz compartió preocupantes estadísticas, mencionando que aproximadamente 20 conductores han desaparecido en el último año. Grupos armados descienden de los camiones, secuestran a los conductores, roban la carga o el vehículo, y posteriormente los abandonan en las carreteras o son reportados como desaparecidos al no tener información sobre su paradero.
Ante este panorama, los transportistas insisten en la urgencia de medidas concretas para garantizar la seguridad en las carreteras y proteger la integridad de quienes desempeñan esta labor fundamental para la economía del país.