Después de casi nueve meses de intensa lucha por parte del colectivo 'Salvemos a Benito', finalmente lograron el traslado de la jirafa Benito desde el Parque Central de Ciudad Juárez, Chihuahua, al santuario Africam Safari en Puebla. Benito, que vivía en condiciones extremas y estaba en riesgo de congelarse, fue rescatado gracias a la presión ejercida en redes sociales, con el hashtag #SalvemosABenito volviéndose viral. Incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador intervino, solicitando su traslado.
El rescate se enfrentó a obstáculos burocráticos de la Profepa y la omisión del Gobierno de Chihuahua. Sin embargo, el esfuerzo conjunto del colectivo, ciudadanos y activistas logró que la Semarnat ordenara el traslado, que se realizó en un viaje terrestre de más de 30 horas, llegando al santuario en la madrugada del martes 23 de enero.
Ahora, el mismo colectivo que contribuyó al éxito del rescate de Benito, junto con la activista Diana Palafox de 'Abriendo Jaulas', está centrando la atención en otro caso urgente: el de Ely, una elefantita de 37 años que ha vivido más de una década en el Zoológico de San Juan de Aragón en la Ciudad de México, después de ser rescatada de un circo.
Salvemos a Benito y Diana Palafox alertan sobre la precaria situación de Ely, quien padece artritis y hiperqueratosis en la piel, además de trastornos psicológicos evidentes. El médico Luis González ha denunciado en redes sociales que Ely lleva más de siete años en aislamiento, mostrando comportamientos alarmantes como golpearse y atorar los colmillos en puertas y barrotes.
A pesar de las preocupaciones expresadas por el colectivo y activistas, la Sedema de la Ciudad de México aseguró en mayo de 2023 que el zoológico cuenta con la capacidad para el cuidado de Ely. Sin embargo, expertos y activistas han propuesto su traslado al Santuario de Elefantes Brasil, incluso ofreciendo cubrir los costos, pero las autoridades no han respondido positivamente.
En 2021, la asociación civil Va por sus Derechos intentó que se considerara a Ely una 'persona no humana', sujeta a derechos y obligaciones, para protegerla de las condiciones en el zoológico. Aunque se aceptó el amparo, un juez concluyó que enviarla a un santuario no garantizaba una mejora en su calidad de vida.
El caso ahora está en la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 2023, con la resolución pendiente debido a la complejidad de los derechos de los animales y la lentitud burocrática. Mientras tanto, Ely, conocida como 'la elefanta más triste del mundo', sigue en el zoológico capitalino.