A medida que nos despedimos del frío invernal, los expertos nos advierten sobre la inminente llegada de una serie de olas de calor que se pronostica afectarán a todo el país entre los meses de marzo y julio.
El Servicio Meteorológico Nacional ha revelado que se esperan cinco olas de calor intenso que impactarán diversas regiones, marcando este año como uno particularmente más cálido que el anterior.
Se prevé que las temperaturas alcancen niveles superiores a los 40 grados centígrados en algunas áreas, agravando las ya críticas condiciones de sequía en varios puntos del territorio nacional.
La distribución temporal de estas olas de calor se ha proyectado de manera precisa, con la primera esperada para marzo, seguida por dos en abril, una en mayo y la última en junio.
Este patrón climático extremo no mostrará discriminación geográfica, afectando a todos los estados de manera equitativa. Sin embargo, se anticipa que los efectos serán especialmente intensos en los estados del norte, como Sonora, Baja California, Coahuila y Nuevo León, debido a su ubicación geográfica y condiciones climáticas particulares.
Por otro lado, los estados del sureste, incluyendo aquellos en la península de Yucatán, enfrentarán no solo altas temperaturas, sino también un aumento en la humedad, complicando aún más las condiciones de vida y el bienestar de la población.
Este fenómeno no solo se debe a la entrada de masas de aire cálido, sino también a su persistencia prolongada sobre una región específica, generando un significativo aumento de las temperaturas en comparación con los registros estacionales habituales.
Las raíces de estas olas de calor se encuentran en complejas interacciones atmosféricas y climáticas, las cuales se ven exacerbadas en numerosos casos por el fenómeno del cambio climático global.