Santiago Meza, conocido como "El Pozolero" del cártel de Tijuana, recibió una condena de 30 años y 8 meses por su participación en delincuencia organizada y secuestro.
Miembro clave de los Arellano Félix, se le atribuyen al menos 300 asesinatos, destacándose como el primer capo en desintegrar cuerpos.
Originario de Guamúchil, Sinaloa, "El Pozolero" forjó su oscuro destino al abandonar la producción de ladrillos para unirse a la facción en La Gallera, donde presenció un macabro "experimento".
Bajo la tutela de Efraín Pérez, capacitado en Israel, aprendió a disolver cuerpos en sosa para eliminar rastros de sus víctimas, consolidándose como uno de los narcos más temidos.
Invitado por el crimen organizado, Meza presenció cómo partes de cuerpos humanos se desvanecían en un tambor con sustancias tóxicas. Este método le garantizó ascenso en el cartel, abandonando su vida anterior como albañil.
Tras 13 años en prisión, su liberación planeada hace dos años generó preocupación, siendo cuestionada por la Asociación Unidos por los Desaparecidos de Baja California. La resolución, compartida por los familiares de las víctimas, sigue siendo objeto de inquietud.