En el marco del Día Mundial de la Obesidad, especialistas del Consejo Mexicano de Medicina Interna y la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología advirtieron que para el 2030, aproximadamente el 36.8% de los mexicanos padecerá obesidad, con un aumento anual del 1.6%.
La Federación Mundial de la Obesidad calificó el crecimiento de la obesidad en México como "alarmante".
Actualmente, el país ocupa el quinto lugar mundial con 21 millones de mujeres (41%) y 15 millones de hombres (31%) afectados, según datos del Día Mundial de la Obesidad del 4 de marzo.
Ricardo Luna, presidente de la Federación Centroamericana y del Caribe de Obesidad y Metabolismo, destacó que el 33.6% de los niños y adolescentes de 5 a 19 años en Latinoamérica sufren de sobrepeso u obesidad. Culpa a la falta de lactancia materna, dietas pobres en frutas y verduras, y altos consumos de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
En 2021, la obesidad contribuyó a 2.8 millones de muertes por enfermedades no transmisibles en la región. México, con más de 50 millones de afectados, se sitúa como el quinto país más afectado a nivel mundial, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022.
La organización El Poder del Consumidor atribuye la epidemia de obesidad al aumento del consumo de productos ultraprocesados, resultado de la falta de regulación alimentaria. Denuncia la resistencia de la industria alimentaria a las regulaciones estatales.
Ricardo Luna subrayó que la obesidad va más allá de factores calóricos y señala la salud mental, el entorno social, la falta de acceso a atención médica de calidad y el elevado consumo de alimentos ultraprocesados como causas fundamentales.
La organización también destaca el estigma social asociado con la obesidad, que refuerza la idea de que es responsabilidad individual, afectando el bienestar mental y físico. La falta de recursos para tratamientos completos, la escasez de alimentos más saludables y el limitado conocimiento sobre la obesidad como enfermedad son barreras adicionales.
La Dra. Rodríguez Dávila enfatizó la influencia de las emociones en el desarrollo del exceso de peso, ya que muchas personas recurren a la comida como una forma de hacer frente al estrés, la tristeza o la ansiedad, lo que se conoce como "hambre emocional".
A pesar de los desafíos, existen opciones de tratamiento, como la terapia nutricional médica, el tratamiento farmacológico y la cirugía bariátrica. Sin embargo, se destaca la importancia de consultar con un profesional de la salud para determinar la mejor opción para cada individuo.