En su último Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó una reducción significativa en la delincuencia durante su administración (2018-2024), señalando una disminución del 18% en el promedio diario de homicidios, de 101 a 83 casos.
Afirmó que se han minimizado los delitos del fuero federal en un 24.8%, incluyendo una caída del 29.5% en robos y del 48.6% en robos de vehículos. El secuestro también mostró una notable reducción del 77%.
“A diferencia de lo que sucedía en los gobiernos neoliberales, ahora no se reprime al pueblo, no se ejecutan masacres, no se desaparece a nadie, no se tolera la violación de los derechos humanos y tampoco existe un narco-Estado como el que se configuró en el sexenio antepasado”, declaró.
"No hay un narcoestado como en el sexenio antepasado", AMLO pic.twitter.com/Uj4zWcNm9l
— Manuel Lopez San Martin (@MLopezSanMartin) September 1, 2024
Resaltó el cambio en la percepción de inseguridad, la cual se redujo más de 15 puntos, llegando a 59.4%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En su informe, el presidente también defendió su estrategia de combate al narcotráfico frente a críticas internacionales, citando la destrucción de miles de hectáreas de marihuana y amapola, así como el desmantelamiento de 2,570 laboratorios de sustancias químicas.
Añadió que las Fuerzas Armadas han confiscado más de 52,939 armas de contrabando, la mayoría provenientes de Estados Unidos.
Confrontando directamente la política estadounidense sobre narcotráfico, López Obrador cuestionó la efectividad de capturar únicamente a los capos, sugiriendo que la solución requiere más que eliminar el fentanilo.
Contrastó la crisis de adicción en México con la de Estados Unidos, atribuyendo la baja incidencia local de adicciones a la fortaleza de las tradiciones y la unidad familiar mexicanas.