El gobierno de Claudia Sheinbaum ha propuesto la construcción de un centro de economía circular en Tula, Hidalgo, pero el proyecto ha generado preocupación entre organizaciones ambientales, científicas y comunidades locales. Los críticos temen que este centro, lejos de ser una solución a los problemas de contaminación de la zona, podría legitimar y acelerar la quema de residuos en hornos cementeros e incineradores.
El complejo se edificaría en los terrenos de la fallida refinería Bicentenario, que permanece inactivo desde la administración de Felipe Calderón. Estos terrenos han sido una carga económica para Pemex, ya que generan un gasto anual de 250 millones de pesos en intereses y abono de un préstamo de mil 500 millones de pesos.
A pesar de la polémica, el gobierno de Sheinbaum asegura que el proyecto busca mejorar el saneamiento del río Tula y mejorar la gestión de residuos en la región, que enfrenta serios problemas de polución. Sin embargo, grupos como la Colectiva Malditos Plásticos advierten que este tipo de proyectos pueden fortalecer tecnologías de valorización de residuos, como la incineración, lo que podría aumentar aún más la contaminación.
La zona, que ya sufre la contaminación de la refinería Miguel Hidalgo y la central termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, ha sido considerada una de las más contaminadas del mundo. Las organizaciones locales piden transparencia y aseguran que el proyecto podría ser una “perversión” que legitime la quema de residuos, perjudicando aún más a las comunidades ya afectadas por la contaminación ambiental.