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Refugios pesqueros en el Golfo de México: un respiro para el mar y las comunidades

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Refugios pesqueros en el Golfo de México: un respiro para el mar y las comunidades

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En el Golfo de México, un grupo de buzos comunitarios trabaja en la Zona de Refugio Pesquero de Celestún, Yucatán, para combatir la pesca furtiva y restaurar los ecosistemas marinos. Este esfuerzo, liderado por pescadores locales y respaldado por organizaciones civiles y científicas, busca recuperar especies sobreexplotadas y garantizar un futuro sostenible para las comunidades costeras.

La Zona de Refugio Pesquero de Celestún, establecida en 2019, abarca 324 kilómetros cuadrados y es la única oficial en Yucatán. Aquí, el mar tiene la oportunidad de "descansar" y regenerarse. Buzos y científicos monitorean la biomasa marina, registrando datos clave para evaluar el estado de especies como el mero rojo, el pulpo maya y el pepino de mar, todas en peligro debido a la sobrepesca y la degradación ambiental.

Un problema global con impacto local

La sobrepesca y el cambio climático han provocado una pérdida del 56% de las poblaciones marinas en los últimos 50 años, según el informe Planeta Vivo. En México, el 17% de las pesquerías están deterioradas, y el 62% se explotan al límite de su capacidad sostenible. Esto afecta a más de 200,000 familias que dependen de la pesca para su sustento.

A pesar de la gravedad del problema, la Ley General de Pesca no obliga al gobierno a recuperar las poblaciones de peces agotadas. Organizaciones como Oceana han presentado propuestas para reformar esta ley, pero el avance legislativo ha sido lento. Mientras tanto, las comunidades han tomado la iniciativa, creando refugios pesqueros en Baja California Sur, Quintana Roo y Campeche, que benefician a más de 130 especies.

El desafío de la pesca ilegal

La pesca furtiva representa el 40% de las capturas en México, según datos de Conapesca. En Celestún, los pescadores han enfrentado la sobreexplotación de especies como el pepino de mar, que llegó al borde de la extinción debido a la demanda del mercado chino. Ahora, con el refugio, se busca recuperar estas poblaciones mediante la vigilancia comunitaria y prácticas sostenibles.

Josué Canul, ex pescador furtivo y ahora presidente del refugio en Celestún, explica que la clave está en cambiar la mentalidad:

"No se trata de cerrar el mar, sino de trabajar de manera sustentable".

La comunidad ha adoptado medidas como la pesca artesanal y el turismo comunitario, que generan ingresos mientras se protege el ecosistema.

Ciencia y comunidad, unidas por el mar

El monitoreo submarino es una pieza clave del proyecto. Buzos locales, capacitados por organizaciones como COBI y el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), recolectan datos sobre especies y hábitats. Esta información no solo ayuda a evaluar el éxito del refugio, sino que también empodera a las comunidades para tomar decisiones informadas.

Alicia Poot, investigadora del IMIPAS, destaca que los refugios pesqueros son una herramienta para recuperar la abundancia marina y enseñar a las nuevas generaciones prácticas sostenibles.

"No se trata solo de tener más peces, sino de construir un futuro donde el mar siga siendo fuente de vida", afirma.

Un modelo replicable

El éxito de Celestún ha inspirado a otras comunidades. Actualmente, se están estableciendo 14 nuevas zonas de refugio pesquero en México, que sumarían más de 100,000 hectáreas protegidas. Estas iniciativas, respaldadas por programas internacionales como el PNUD, buscan combinar la conservación con el desarrollo económico local.

Aunque los desafíos son grandes, desde la falta de presupuesto hasta la pesca ilegal, las comunidades costeras demuestran que es posible cuidar el mar mientras se asegura un futuro sostenible. Como dice Juan Pech, un pescador de Chicxulub:

"No queremos hablarles a nuestros hijos de un mar que ya no existe. Queremos que lo vean y lo vivan como nosotros lo hicimos".

Este esfuerzo conjunto entre ciencia, comunidad y conservación es un faro de esperanza para los océanos y las personas que dependen de ellos.

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