Iztapalapa recibió a más de dos millones de personas durante las celebraciones de Semana Santa, incluyendo turistas, vecinos y visitantes, informó la alcaldesa Aleida Alavez Ruiz.
La emblemática representación de la Pasión de Cristo, con una tradición de 182 años, volvió a reunir a multitudes este 2025.
“Esta representación que se celebra año con año, no solamente da cuenta de la fervorosa fe de quienes habitan esta querida demarcación, sino de la energía, del esfuerzo que se encuentra presente en toda nuestra gente”, declaró Alavez Ruiz en conferencia de prensa.
Tan solo el Viernes Santo, se congregaron un millón 400 mil personas, y desde el Domingo de Ramos, el acumulado superó los dos millones de asistentes, de acuerdo con cifras oficiales.
La jornada del Viernes Santo inició a las ocho de la mañana, cuando miles de personas comenzaron su recorrido por las calles de Iztapalapa para llegar a la plaza Cuitláhuac. Ahí, Jesús fue azotado 39 veces por soldados romanos, como parte de la representación.
A las tres de la tarde, el personaje de Cristo fue llevado al Cerro de la Estrella, un antiguo sitio ceremonial azteca, donde fue crucificado ante miles de personas.
La celebración atrajo a visitantes de todo el mundo. Uno de ellos fue Baptiste Guyomard, originario de Francia, quien compartió su impresión: “Es increíble, hay mucha fe. Aquí se es mucho más católico que en Francia y también participan más jóvenes”.
Entre los asistentes también estuvieron familias mexicanas que, año con año, acuden para mantener viva la tradición. Tal es el caso de Angélica Ramírez, madre y tía de jóvenes participantes, quien expresó:
“Para mí es un orgullo que mi hijo siga con la tradición. Es una emoción enseñarles está tradición y la fe con la que tienen que interpretar este papel. Verlos terminar con la representación, todo está consumado (...) Es algo que no podemos explicar con palabras”.
La Semana Santa en Iztapalapa continúa siendo una de las manifestaciones culturales y religiosas más importantes de la Ciudad de México, destacando por su organización comunitaria, fervor y arraigo histórico.