A sus once años,Fernanda González da conferencias en escuelas y universidades, habló ante diputados y está nominada a un premio internacional gracias a un libro de su autoría que lleva un mensaje de igualdad entre hombres y mujeres.
Con “Azul o rosa”, nombre del libro, Fernanda, nacida en Guadalajara, muestra su interés decirle a los niños y niñas que "todas las personas tienen los mismos derechos".
Si yo les doy un mensaje a niños de mi edad, cuando nosotros seamos adultos vamos a tener la oportunidad de vivir con igualdad, nuestra vida social va a tener una calidad mejor a la que tenemos ahora", afirma.
A los ocho años escribió "¿Azul o rosa?", un libro que dos años después fue publicado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, de la Cámara de Diputados, y que la ha llevado a hablar con niños de zonas urbanas, rurales y de comunidades indígenas, así como a unas cuantas universidades del país.
Fer, como la llama su familia, habla con mucha fluidez, gesticula y levanta las cejas cuando da ejemplos que le parecen increíbles, como que la gente se burle de las niñas que quieren jugar al fútbol o que "etiqueten a las personas" por su apariencia o lo que piensan.
Muchos me dicen que tengo una edad muy corta para hablar de esto, pero decidí tomármelo en serio e investigar para decirle a los niños que generen un cambio en su familia", dijo.
Fernanda aprendió a leer a los tres años casi sin ayuda y su gusto por la lectura, por escribir y querer saber cosas ha sido una constante en su vida, contó su mamá, Rocío Viramontes.
La vida de Fernanda y su familia se sacudió luego de ser privados de su libertad y despojados de todas sus pertenencias por un grupo delictivo. Por un tiempo, el temor les hizo dejar la ciudad y esconderse.
Del episodio, la familia habla poco y a cuentagotas:
"Yo no me quiero ver como alguien victimizada", explica Fernanda con amabilidad.
Lo que la familia sí dice es que este hecho abrió los ojos de la pequeña y a querer hablar más de lo que pasaba a su alrededor.
A mí me dieron más ganas de hablar acerca de las injusticias sociales. Me di cuenta que había muchas violencias y que estaban más a fondo de lo que yo creía, que tenía que hablar por otros niños que les había sucedido lo mismo que a mí", afirmó la pequeña.
Fernanda se considera una niña diferente a las demás, pero con una vida como cualquiera de su edad: le gustan los libros de John Green, jugar con sus vecinos en el parque y un león de felpa que tiene desde bebé es uno de sus juguetes favoritos.
Aún no tiene claro qué quiere hacer cuando sea adulta,"pero feminista, no", advirtió con rapidez.
Me parece una palabra muy fuerte, ellas creen que al ser feministas van a apoyar la igualdad cuando en realidad lo único que están haciendo es poner a los machistas en el equipo hombres y, a las feministas, en el equipo mujeres. Nacemos siendo seres humanos y ya", afirmó con una sonrisa. | Excélsior