El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) difundió en su portal una infografía publicada originalmente en el semanario británico The Economist, en la cual se muestra cómo se distribuye el gasto por hogar en algunos países, entre ellos México.
El medio extranjero afirma que la forma en la que los países gastan tiene que ver con los ingresos promedio y la política pública que tienen, por lo que publicó una gráfica con datos compilados por Eurostat (la oficina de estadísticas de la Unión Europea).
En el caso de los países con mayores ingresos como Estados Unidos y Australia, en donde el ingreso promedio por hogar asciende a 30 mil dólares, la proporción del gasto en comida es mucho menor que en países como México o Rusia, en dónde el ingreso promedio ronda los 6 mil dólares anuales, retoma el IMCO en su nota.
Con 19 por ciento del total de gasto del hogar, México es el país que gasta más en transporte y el que menos gasta en ropa y calzado con 3 por ciento. El país destaca también por gastar por debajo del promedio en recreación, salud y educación, entre otros. Por el otro lado, los mexicanos gastan por arriba del promedio en vivienda, combustible y servicios públicos y comida.
La infografía muestra también cómo gastan los hogares de Australia, Canadá, los 28 países miembros de la Unión Europea, India, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Corea del Sur y Estados Unidos en las siguientes 11 categorías: Vivienda, combustible (gasolina) y servicios públicos, Comida, Transporte, Recreación, Salud, Restaurantes y hoteles, Ropa y calzado, Muebles, Comunicaciones, Alcohol y tabaco, además de Educación.
De los países analizados por The Economist, Rusia es quien más gasta en comida, alcohol y cigarrillos, Japón en vivienda, combustible y servicios públicos, Estados Unidos en salud y Corea del Sur en educación. Por otra parte, la India es el país que menos gasta en recreación, mientras que Australia es el que más.
“Parece que el gasto de un país refleja sus estereotipos nacionales [...] Algunas de las diferencias se contabilizan por la economía. En Rusia, la vivienda y la calefacción subsidiado por el gobierno hacen que la vida sea más barata, y esto significa que el dinero se queda para las cosas buenas de la vida”, aseguró el semanario.
Por otra parte, en su más reciente edición impresa titulada Los dos Méxicos y las lecciones para el desarrollo, el medio británico analiza que México es una de las economías que ha apostado por la modernidad en los últimos tiempos, pero sigue fracasando en su intento por erradicar la pobreza.
El medio publicó que pese a los esfuerzos en la aplicación de reformas transformadoras, el país no ha podido cerrar la brecha entre una minoría globalizada y una mayoría que vive en lo que el presidente Enrique Peña Nieto admite es un “retroceso y la pobreza”.
“La dualidad de México muestra que conseguir una política macroeconómica adecuada es necesaria para el éxito, pero no suficiente”, indica el medio extranjero.
“GASTOS HORMIGA” ABSORBEN 734 PESOS SEMANALES
En una reciente encuesta realizada por el banco Scotiabank, se obtuvo como datos que los “gastos hormiga” absorben 734 pesos semanales del salario de los mexicanos, además de que 8 de cada diez mexicanos destinan parte de sus ingresos para comprar artículos de los que podrían prescindir.
La encuesta también encontró que siete de cada 10 mexicanos desconoce el concepto de “gasto hormiga”, esto se debe a que en general pasan desapercibidos para la gente, ya que únicamente un 34 por ciento de los entrevistados aseguró llevar un registro detallado de sus gastos diarios.
Para la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), estos son pequeños gastos diarios que afectan las finanzas personales porque no se administran de manera adecuada los recursos económicos, lo que ocasiona desembolsos en productos no pensados o compras por impulso.
El gasto hormiga semanal de los mexicanos generalmente se va en comida rápida (221 pesos), tiempo aire (96 pesos), propinas (77 pesos), café (59 pesos), estacionamientos y/o parquímetros (56 pesos).
México es el país número uno en consumo de refresco y en este tipo de compras se ve reflejado el gasto destinado a estas bebidas (53 pesos), al igual que en la compra de cigarros (28 pesos). Dentro del ranking figura también la compra de revistas (16 pesos), periódicos (11 pesos) también contempla una cantidad para limosnas (21 pesos).
La suma de estos gastos da un total de 734 pesos semanales; al mes la cifra llega a los casi 3 mil pesos y al año, la cantidad recaudada es de 35 mil 232 pesos pesos.
HOGARES MEXICANOS GASTAN MÁS EN COMIDA Y BEBIDA QUE EN EDUCACIÓN: INEGI
Primaria en rancho de Tabasco. Foto: Cuartoscuro.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) publicada el pasado mes de julio, encontró que dentro del ingreso corriente total de las familias mexicanas, una de las variables para medir los niveles de pobreza en México, disminuyó 3.2 por ciento en 2014 en comparación con los datos de 2012.
En tanto, el ingreso corriente promedio por hogar se ubicó en 39 mil 719 pesos trimestrales, lo que representa un decremento de 3.5 por ciento, dice la encuesta que muestra un panorama estadístico del comportamiento de los ingresos y gastos de los hogares en cuanto a su monto, procedencia y distribución.
De acuerdo con la misma, los hogares gastan más en alimentos, bebidas y tabaco (34.1 por ciento); transporte y comunicación (18.8 por ciento); educación y esparcimiento (14 por ciento).
Sin embargo, el destino de los gastos varía de acuerdo a los deciles de las casas. Mientras el 10 por ciento de los hogares con menores ingresos dedican el 50.7 por ciento de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco, el 10 por ciento de los hogares con más altos ingresos dedica sólo el 22.5 por ciento a esos rubros.
El decil de hogares con más altos ingresos destina 20.6 por ciento a gastos de educación y esparcimiento, en tanto que el decil de menores ingresos dedica a este concepto el 5.6 por ciento.
Para medir los ingresos de los hogares el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dividió a la sociedad en 10 deciles. El primer decil está integrado por la décima parte de los hogares que tienen los menores ingresos y así de manera sucesiva, hasta llegar al último decil, que está compuesto por la décima parte de los hogares con los más altos ingresos.
El año pasado, el gasto corriente total trimestral fue 4.8 por ciento menos que en el 2012. En contraste, entre el 2010 y 2012 el gasto corriente total mostró un crecimiento de 7.2 por ciento, mientras que el gasto corriente monetario se redujo en 3.7 por ciento y el no monetario en 7.9 por ciento.
Dentro del gasto monetario, las transferencias de gasto fueron las que presentaron mayor pérdida con 24.3 por ciento, seguido del gasto en vestido con un caída de 11.8 por ciento y cuidados personales con 5.5 por ciento.
El gasto en vivienda y combustibles fue el único rubro que presentó un incremento de 2.9 por ciento entre 2012 y 2014. Todos los componentes de la parte no monetaria del gasto corriente también cayeron en el periodo, con excepción de la estimación del alquiler de la vivienda.
El gasto corriente total promedio trimestral por hogar decreció en 5.1 por ciento de 2012 a 2014. Por su parte, el gasto corriente monetario promedio por hogar cayó en 4.1 por ciento y el no monetario en 8.2 por ciento.
En 2014, los hogares mantuvieron esencialmente la estructura del gasto corriente monetario que tenían en 2012, destinando la mayor proporción de sus ingresos a la adquisición de alimentos, bebidas y tabaco, seguido del gasto en transporte y comunicación, luego en educación y esparcimiento. Después en vivienda y combustibles, en cuidados personales, en artículos y servicios para la casa, en vestido y calzado, en transferencias de gasto y en cuidados de la salud.
Los rubros de gasto con mayores diferencias relativas entre deciles de hogares son: educación y esparcimiento y alimentos, bebidas y tabaco. El 10 por ciento de los hogares con menor ingreso destinó en 2014 el 5.6 por ciento de su gasto a educación y esparcimiento, mientras que los deciles V y X destinaron el 9.5 y 20.6 por ciento, respectivamente.
Por lo que respecta al gasto en alimentos, bebidas y tabaco, en el decil I se destinó el 50.7 por ciento de sus percepciones, en tanto que en los deciles V y X, este rubro de gasto representó el 41.7 y el 22.5 por ciento, respectivamente.
PARA IR AL CINE, UNA FAMILIA MEXICANA DEBE DE TRABAJAR AL MENOS 8 HORAS
El costo de ir al cine equivale a más de más de ocho horas de trabajo para un empleado promedio en México. Foto: Cuartoscuro
De acuerdo con datos extraídos por la misma encuesta del INEGI, una familia promedio mexicana con cuatro integrantes, tiene que destinar más de lo que se gana en un sólo día de trabajo para poder ir al cine a disfrutar una película de aproximadamente 2 horas. Con 490 pesos aproximadamente se pueden comprar los boletos y combo de alimentos.
Por ocho horas, un trabajador con salario promedio, recibe 441 pesos, y la mayoría de las familias mexicanas están conformadas por cuatro integrantes; éstas gastarán 186 pesos en las entradas, 96 pesos si compran dos botes de palomitas y 208 pesos de bebidas.
Esto, tomando los precios promedio de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine). Pero, si la familia promedio vive más cerca de un establecimiento en el que el precio del boleto llega hasta los 80 pesos (cuando en promedio es de 46 pesos) la cifra asciende a los 624 pesos (o una jornada y media de trabajo).
La entrada puede no ser lo más costoso, pero con palomitas y refresco, la cifra aumenta. Aunado a eso, toda la variedad de botanas (chocolates, caramelos, helados) tienen en dulcería un precio hasta tres veces mayor que el del mercado externo.
La cifra puede hacerse aún más alta, si se opta por una película 3D o si se acude por las tardes, pues los costos aumentan considerablemente.
La ENIGH arrojó que los mexicanos destinan sólo el 14 por ciento de su ingreso a actividades de esparcimiento; los principales gastos son para alimentos, bebidas y tabaco. El cine es una de las principales actividades de esparcimiento de los mexicanos; el país ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en asistencia al cine.
El escenario es negativo, cuando al costo de una visita al cine, se le añade el aumento al salario mínimo, que para 2015, de 4.2 por ciento, lo que representó 2.81 pesos para la zona A y 2.68 pesos para la zona B. Esto crea un excedente quincenal de 42.15 pesos, que no alcanzan para pagar al menos una de las entradas.
El precio promedio del boleto es el más bajo del continente y de los más bajos del mundo. El problema es que al igual que esos precios, el salario también es de los más raquíticos; México ofrece a los trabajadores los salarios más bajos de la región, catalogados incluso dentro del umbral de la pobreza extrema: 2.50 dólares, es decir, 37.5 pesos diarios, coincidieron estudios sobre el tema liberados por Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Si con ese salario no se puede cubrir ningún rubro de la canasta básica (que actualmente cuesta mil 743 pesos con 91 centavos, según cálculos oficiales), asistir al cine, al menos en una ocasión cada 15 días, deja de ser una prioridad en una población en la que el 63.8 millones viven en pobreza, de acuerdo con sus ingresos.
Ese sector de la “población con ingreso inferior a la línea de bienestar” conforma el 53.3 por ciento o más mitad de la población. De éstos, el 46.2 por ciento pertenece a los 55.3 millones que dice el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) incluye en pobreza multidimensional, más el 7.1 por ciento u 8.5 millones de personas denominadas “vulnerables por ingreso”.
EL MEXICANO GASTA MUCHO EN MEDICAMENTOS
Farmacias otorgan 300 mil consultas diarias de salud, de acuerdo a datos oficiales. Foto: Cuartoscuro
Antes, en el marco de la celebración del Día Mundial de la Salud (el 7 de abril pasado), el Inegi reveló que los hogares mexicanos pagaron 403 mil 623 millones de pesos por los bienes y servicios de salud en 2013 y lo destinaron principalmente a medicamentos y materiales de curación, con 65 de cada 100 pesos de este gasto.
De esos mismo 100 pesos, 15.9 se gastaron en consultas médicas; 6.9 pesos en servicios hospitalarios; 4.5 pesos se destinan a productos de higiene, como jabones y desinfectantes; 4.4 pesos en laboratorios, ambulancias, servicios de enfermería a domicilio y el cuidado de enfermos en residencias y 3.3 pesos en seguros médicos privados, entre otros.
Asimismo, del total de los bienes y servicios para la atención de la salud, 42 por ciento fue adquirido directamente por los hogares. | SinEmbargo