Jorge Castañeda, político y escritor
“La marihuana es una sustancia que hace menos daño que otras legales. Su prohibición es un absurdo que viola el derecho a la autodeterminación de las personas. Excepto el PRD, ningún partido se ha atrevido a defender la legalización por miedo, ignorancia y conservadurismo. Creo que en la Suprema Corte hay una mayoría favorable y, como ha sucedido con el aborto o el matrimonio gay, primero se cambiará la situación jurídica y luego la opinión pública. Yo fumé cuando tenía 15 años, como cualquiera en aquellos tiempos. Era 1968. Fue la época la que me quitó el prejuicio”.
Elena Reygadas, chef
"Estoy completamente a favor de que se legalice. Estoy convencida de que no incrementaría su uso personal. Y por otro lado, disminuiría enormemente la violencia tanto la relacionada con el narcomenudeo como toda esta guerra que estamos viviendo. No creo que la gente que fume marihuana sea violenta y en cambio sí creo que lo que implica la venta prohíba genera violencia. No consumo, no me gustan los estupefacientes en general, sin embargo, sí la he probado en mi vida".
Pedro Kumamoto, diputado independiente
“Estamos a favor en el uso medicinal y que se abra la discusión para su uso recreativo. Lo primero tiene que ver con que se ha notado la mejoría de la calidad de vida de las personas que la utilizan en los tratamientos. En el otro caso, el prohibicionismo lo que permite es el consumo y tráfico ilegal, desde esta lógica cualquiera puede tener acceso como jóvenes y personas con adicciones. Tiene que ser tratado como un tema de salud pública, en lugar de como un tema de seguridad. Tenemos que abrir la discusión, porque no tenemos todos los elementos para juzgarlo o hemos escuchado versiones que son encontradas y necesitamos conocer más información para poder tomar una decisión. Entender si es la mejor medida para México”
Luis Gerardo Méndez, actor
"Creo profundamente en que este es un camino para corregir un montón de problemas terribles que sufre el país. La legalización de la marihuana podría comenzar a reducir la violencia de la guerra contra el narcotráfico. Uno de los puntos más importantes para mí es que ayudaría a reducir los ingresos de la delincuencia organizada. En su lugar se generarían impuestos. Creo que hay mucha ignorancia en torno al tema. Falta mucha información de qué es lo que sucedería tras la legalización en México. Si esto pasa no hay por qué pelear. ¿Si he fumado marihuana? Prefiero no decirlo. Lo principal es que si se legalizan las drogas se reduce la violencia, se generan impuestos y se reducen los ingresos del narco. Espero que la Suprema Corte de Justicia tome una decisión a la altura del país".
María Elena Morera, presidenta de Causa Común
"Yo creo que se debió haber legalizado hace muchos años. Mientras en México seguimos metiendo en la cárcel a campesinos y consumidores por más de cinco gramos, en EE UU es legal. Es esquizofrénico que siga prohibido. Eso no significa que se vaya a solucionar el problema de violencia. Pero cada uno tiene derecho a poder hacer con su cuerpo lo que considere oportuno. Necesitamos una política pública de prevención y que la gente sepa lo que hace. Las cárceles están llenas de gente por problemas relacionados con la marihuana y no deberían estar ahí. Debería haber alternativas. No consumo. Considero que mientras esté prohibido trae un círculo de violencia y muerte".
Abraham Cruzvillegas, artista visual
"Sí, he consumido mariguana. También he tomado cerveza, ron, whiskey, mezcal y café. Algunas veces con amigos, siempre en circunstancias muy divertidas. Recuerdo a alguien a quien le fue ofrecido fumarla, y -haciendo sorna de su condición de ser droga de miembros de las clases más desprotegidas- dijo: '¿mota?, ¡ni que fuera soldado!'. La despenalización de la marihuana sería el primer paso hacia la posibilidad de librarse de un conjunto de lastres de violencia, e inseguridad, por parte de una sociedad que pretende ser responsable de sus actos, con madurez y con generosidad, sin hipocresía ni corrupción. Todos lo vamos a agradecer, incluyendo a quienes jamás la han consumido".
Héctor de Mauleón, escritor y periodista
"Fumé unas cinco mil cajetillas de cigarros, bebí unas 500 botellas de whisky, vodka y ron, antes de que una mujer de manos muy blancas y uñas muy rojas me extendiera la manzana de Adán en versión pacheca: una brasa olorosa y humeante que yo fumé con la misma culpa con la que habría robado el Banco Nacional de México. De esa relación no quiero acordarme. Pero todavía recuerdo lo divertido que era estar viendo películas mexicanas de la Época de Oro riéndonos como babosos. Y también recuerdo que para comprar aquello había que ir a un callejón de Tepito donde también vendían armas, y cosas que la gente se inyectaba con agujas. De eso hace mucho tiempo. Duró unos seis meses. Tal vez un poco más. No volví a calar la brasa. Había que ser sano, así que me fumé otras 5 mil cajetillas de cigarros y me bebí otras 500 botellas de todo. He leído que mucha gente murió por los cigarros y que otro tanto murió por el alcohol. No tengo noticia de que la mariguana haya matado a nadie, pero sí que miles han muerto en los callejones de la prohibición. Qué raro es todo".
Damián Ortega, escultor
"La consumí hace tiempo, cuando iba en secundaria. Esas cosas son muy importantes cuando uno es muy joven, es como desvirginarse. Un amigo exiliado se iba del país de regreso a Argentina, así que para festejarlo hicimos un pacto de amistad fumando un porrito y nos atacamos de risa durante horas.> En lo personal no soy partidario de la marihuana. Me pone muy paranoico y detesto cuando la gente empieza a hablar lentamente y con la boca seca, tirando rollazos sobre cualquier cosa como si fuera lo más importante del mundo. De alguna manera pienso que consumirla es como tener hijos, los que los tienen o los que la consumen sólo hablan de eso. Al final se hacen familias o sectas enteras que pasan todo el día mirando absortos al bebé cómo se revuelca y cómo se hace el chistoso. Legalizarla está bien. También tener hijos me parece una actividad respetable. Cada quién debe decidir lo que quiere hacer o consumir. En México, la marihuana tiene una tradición, así que no creo que nada cambie. En términos de alterar la economía del mercado al narco, no creo que sea cierto. El gran negocio de la delincuencia organizada son las elecciones, el tráfico de inmigrantes, el robo de combustible, las drogas químicas, etc. Esos son temas que me parecen mucho más graves. Preferiría que se legislaran y atendieran esos asuntos primero".
Juan Villoro, escritor y periodista
"Ser joven en los setenta significó crecer ante la contracultura y los paraísos artificiales de las drogas, pero no todo mundo asumió eso del mismo modo. Nuestros hermanos mayores confiaron con mayor entusiasmo en abrir las puertas de la percepción. Cuando fumé mi primer porro, algunos de ellos ya habitaban un nirvana sin regreso. Esto me hizo más cauteloso, sobre todo en lo que toca a los alucinógenos, las drogas que más me interesan y forman parte del repertorio espiritual de todas las civilizaciones. Mi experiencia de la realidad sería más pobre sin los ritos de paso del peyote y los hongos, pero me queda claro que es un contrasentido repetir hasta la adicción un rito que debe ser iniciático.
La mariguana me produce un letargo equivalente a estar atrapado en un elevador con un contador que revisa mis impuestos, pero es menos dañina que el tabaco. Estoy a favor de liberar su consumo y despojar del control a los narcotraficantes. Los indios mexicanos han demostrado que se puede tener un trato regulado con los estupefacientes sin caer en la aniquilación".
Con Información de El País