La expectativa de las economías de China y Estados Unidos, la desaceleración de los países emergentes, la caída de los precios de las materias primas, entre ellas el petróleo, y la implementación de las reformas estructurales, entre otros, son los grandes temas que definirán la economía de México en el 2016, opinan los editores de diversos medios especializados en el tema.
La expectativa para México en el próximo año no es muy alentadora. Para editores de economía consultados por SinEmbargo, el 2016 será un año de incertidumbre, en el que el país deberá hacer frente a un completo panorama global, pero también a los problemas internos que hasta el momento no lo han dejado crecer de acuerdo a su verdadero potencial.
Desde la evolución de la economía de China hasta la informalidad en el país, que se ha convertido en un verdadero lastre para el crecimiento, pasando por la política económica de Estados Unidos, México atraviesa por una de las etapas más complejas, que tanto podrían traer cosas buenas como malas en el futuro.
“El contexto mundial nos ofrece una ‘serpiente’ y varias ‘escaleras’. Como exportador de petróleo, sufriremos las presiones a la baja de esta materia prima. [Pero] la buena salud relativa de Estados Unidos será un factor que impulsará las exportaciones de bienes industriales, como autos y productos electrónicos. Además de productos agropecuarios. Al poner las cosas en la balanza, el contexto global traerá más escaleras que serpientes. Más beneficios que problemas en el 2016”, considera Luis Miguel González, editor de El Economista.
En el mismo sentido, Gabriela Frías, de CNN, expone que tras el golpe para el sector petrolero, con los bajos precios, la recuperación de la economía estadounidense será un importante elemento diferenciador para México, que destina un 80 por ciento de sus exportaciones a ese país.
“[Veremos] Más de lo mismo que vimos durante 2015, en la primera mitad del próximo año. Con las mismas tendencias de precios bajos del petróleo, con países como Irán que tienen urgencia de salir a vender crudo. México estará compitiendo, al igual que otros productores, por inversiones para este sector, en tiempos de fuertes ajustes de inversiones por parte de las potencialmente interesadas”, dice.
Para África Semprum, editora del diario digital EconomíaHoy, los mercados emergentes que han frenado el crecimiento mundial desde 2014 lo seguirán haciendo el próximo año. En ese contexto, mientras Brasil, Venezuela y Rusia luchan contra la recesión, otros, como México, mantienen niveles de crecimiento y empleo por debajo de su potencia.
Explica que la evolución de la economía de China tendrá un papel importante en el desarrollo de los emergentes, ya que si su consumo de materias primas crece, el precio de las materias se podrá atemperar.
Asimismo, la estabilización de los precios del petróleo es clave, pues los términos de intercambio están restringiendo la demanda doméstica de los exportadores de crudo, “con un barril a 60 dólares, la economía mexicana pegaría un gran impulso aunque no depende tanto del crudo como Venezuela o Brasil, cuyas economías están en caída libre. Así, aunque México tiene que hacer frente a sus desequilibrios básicos […], se situará entre los países de América Latina que más crecen en 2016 junto a Colombia, Chile y Perú, tal y como apunta en FMI [Fondo Monetario Internacional] en sus últimas previsiones. Las reformas ya están hechas, sólo hace falta que calen y se desarrollen profundamente”.
En ese aspecto, el editor de la revista Expansión, Alberto Bello García de Vinuesa, considera que “no es mala noticia dada la desaceleración de los países emergentes asiáticos y la recesión en la que está Brasil y en la que puede caer Argentina en el ajuste de políticas post-K. Obviamente México debe crecer más para reducir la pobreza”.
GOLPES A LA ECONOMÍA MEXICANA
Entre los factores externos, el ciclo de endurecimiento de la política monetaria iniciada por la Reserva Federal de Estados Unidos, la tendencia de los precios de las materias primas, como lo es el petróleo que ha llegado a mínimos de hace once años e incluso la crisis de la alemana Volkswagen son los factores que más repercutirán en la economía de México.
En una de sus últimas minutas, el Banco de México (Banxico) reconoció que la economía de México se verá afectada en 2016 y finales de 2015 por el menor crecimiento previsto en Estados Unidos, la frágil confianza del consumidor, los nuevos recortes en la producción petrolera y los problemas de Volkswagen, que ya ha golpeado a las exportaciones de vehículos, pues el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas van al vecino país del norte.
En palabras del Editor de Expansión “las exportaciones dependen mucho de lo que pase con el sector manufacturero estadounidense, que en este 2015 estuvo lento, aunque el peso débil puede dar un empujón al sector. Los bajos precios del petróleo y el efecto de mayores tasas y dólar caro sobre el balance de las empresas retarán a las compañías que no tengan cubierta su deuda con dólares, la de Pemex incluida”.
En ese contexto, la petrolera no ha logrado estabilizar su plataforma productora que ya está por debajo de las previsiones del presupuesto de 2015 en 2.2 millones de barriles diarios (Moody’s prevé que caiga un 3 por ciento en 2016) y aunque el crudo supone un 5 por ciento de los ingresos de México, una mayor caída de los ingresos petroleros tanto para el gobierno como para Pemex puede afectar al gasto público y a la capacidad de gasto del país, lo que lastraría aún más el crecimiento, considera África Semprum.
Por su parte, la crisis de Volkswagen ya ha afectado a los niveles de exportación de vehículos de México. “No en vano la firma tiene grandes fábricas en Puebla. De continuarse la tendencia afectaría al crecimiento de la zona”, agrega.
Por otro lado, entre las determinantes dentro del país están el consumo interno, el recorte del gasto público que ya afectó a algunas empresas de construcción por la cancelación de proyectos; así como el desempeño del Gobierno federal en la implementación de las reformas y los planes anunciados que se relacionan principalmente con el sector energético e inversiones en infraestructuras.
La Editora de EconomíaHoy explica que la debilidad del consumo ha sido señalado por múltiples organismos internacionales y bancos de inversión como uno de los problemas de la economía mexicana para crecer por encima de un 3 por ciento.
Así lo considera también Alberto Bello, quien señala que el consumo, empujado por la baja inflación, seguirá siendo el principal motor interno de crecimiento.
África Semprum detalla que México es el quinto país emergente con mayor carga de deuda en dólares: tiene un saldo vivo de 40 mil millones de dólares. Este alto nivel de apalancamiento puede generar incertidumbre y volatilidad que afectarán a la economía y a las inversiones extranjeras en el país. En este contexto, también afectará a la economía los movimiento que haga el Banxico para mantener baja la inflación.
En los últimos meses, México ha crecido por debajo de su potencial debido a sus problemas estructurales y a la debilidad de la economía internacional que afecta a sus exportaciones, evolución de peso y sus ingresos por divisas.
En ese panorama, los editores de los medios especializados ahondan que el próximo año podría ser bueno para México si hace frente a temas como la informalidad, los problemas para recaudar impuestos, la falta de bancarización y la pobreza.
“En la segunda mitad del año, las cosas podrían ser algo mejor. 2016 será el año con el desafío de la gobernabilidad y la confianza hacia los gobernantes de sus ciudadanos. Lo vimos en 2015, veremos que hacen las autoridades en año electoral”, dice Gabriela Frías.
De cara a 2016, la Editora de EconomíaHoy espera que México mejore un poco el ritmo de crecimiento registrado en 2015, “pero sin grandes alegrías ya que tendrá que hacer frente a muchos retos como potenciar el consumo interno, tal y como reclama el consejo empresarial, y mejorar la generación de ingresos del gobierno”.
“Pese a ser una Nación joven con un gran potencial de crecimiento y mucha riqueza, México tiene un alto índice de informalidad en el mercado laboral que lastra la captación de ingresos por parte del Gobierno, lo que termina afectado a su capacidad de gasto y le obliga a endeudarse o buscar financiación en los mercados internacionales en forma de bonos para poder invertir en infraestructuras, como las escuelas. El Ejecutivo Enrique Peña Nieto ha iniciado una guerra contra la informalidad y ha logrado que suban un poco los empleos formales pero todavía queda mucho trabajo por delante”, dice.
Aparte de la informalidad, que emplea a entre el 55 y 57 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), lo que provoca baja productividad, está el tema de la inseguridad que limita el desarrollo industrial y empresarial en varias regiones lo que no permite la generación de empleos.
“Es difícil cuantificar su impacto, pero relativamente fácil describir la forma en que afecta: los hogares gastan en protección y cambian sus hábitos (o migran las familias) ; los negocios no operan con normalidad o trabajan en una nueva normalidad que implica pagar extorsiones, entre otras cosas, el Gobierno federal debe desviar recursos productivos a adquirir patrullas o contratar policías”, expone Luis Miguel González.
Alberto Bello explica que la mayor parte de la población activa mexicana vive al margen de la legalidad, lo que la condena a la baja productividad. “Estos millones de mexicanos no pagan impuestos a Hacienda –pagan muchos otros impuestos no oficiales como corrupción, delincuencia organizada, créditos desproporcionadamente caros, etcétera– ni cotizan a seguro alguno. Esto limita la capacidad del Estado para resolver problemas y erosiona el concepto de ciudadanía y democracia, además de que construye un problema potencial para el largo plazo”, agrega.
“México tiene que mejorar el Estado de derecho, con un aspecto terrible como es la violencia del crimen organizado y otro estructural como la corrupción. Hay un claro problema educativo de largo plazo, que castiga de manera implacable a quienes menos tienen, multiplicando la exclusión, pero en el corto hay que corregir las deficiencias en la educación secundaria en cuanto a formación técnica profesional para acceder a los empleos de calidad del sector manufacturero, y en la superior hay que lograr áreas universitarias en ciencia y tecnología de excelencia, tanto en centros públicos como privados”, dice.
En el mismo tenor, África Semprum comenta que en el mercado mexicano se mueve mucho dinero en negro que no paga impuestos y eso no permite el correcto desarrollo de un país ya que tampoco se puede desarrollar los servicios públicos, una economía de bienestar.
Asimismo, la corrupción y el narcotráfico son otros focos contra los que lucha el actual gobierno y que siguen siendo un problema. Estos focos limitan la capacidad de inversión y la confianza de los consumidores y empresarios, lo que hace ver a México como un país con un cierto riesgo.
Para la Editora de CNN, México necesita un Gobierno que dé confianza a los ciudadanos, que también permitirá darle mayor impulso a las inversiones nacionales y extranjeras, así como mayor fortaleza institucional para combatir la corrupción y la delincuencia organizada.
Aunado a esto, el paso lento con el que se han implementado las reformas estructurales ha postergado los efectos positivos de inversión, empleo y crecimiento asociados, por ejemplo, con la Reforma Energética, la gran apuesta para el crecimiento. O la Reforma Fiscal que ha resultado contractiva en un contexto internacional de enfriamiento, ha dejado mucho que desear.
“Sigue habiendo déficits en infraestructura, educación y Estado de derecho que deben corregirse para destrabar el crecimiento de largo plazo”, dice Gabriela Frías.
Por su parte, África Semprum añade que el país debe potenciar la implementación de las reformas aprobadas por el Gobierno de Peña Nieto y abrir más el mercado a otros competidores para acabar con los monopolios. | SinEmbargo