Zain Alabdin Ali es un refugiado sirio de 23 años y hace sólo algunos días trabajaba toda la noche en una sala de vídeojuegos en Beirut, pero el próximo 11 de mayo viajará a México gracias al "Proyecto Habesha" y volverá a estudiar en la universidad, como hacía en Alepo antes de que comenzase la guerra.
BEIRUT
Zain Alabdin Ali es un refugiado sirio de 23 años y hace sólo algunos días trabajaba toda la noche en una sala de vídeojuegos en Beirut, pero el próximo 11 de mayo viajará a México gracias al "Proyecto Habesha" y volverá a estudiar en la universidad, como hacía en Alepo antes de que comenzase la guerra.
Zain espera en la avenida Hamra, la zona más comercial y caótica de Beirut, donde en una de sus calles perpendiculares trabajaba como cajero toda la noche para poder vivir, pero hace unos días se despidió y ahora prepara al viaje más importante de su vida, después de aquel que realizó en 2012 cuando dejó su ciudad natal, Alepo.
Llegó desde Alepo a Líbano en un autobús junto con su primo, tardaron 36 horas debido a los numerosos controles de carretera, pero entonces era una ruta segura.
Huían de una ciudad en guerra y sobre todo del servicio militar que les hubiera obligado durante al menos dos años a ir al frente.
Un año más tarde lograron pasar la frontera sus familiares, su padre, su madre, sus tres hermanas y un hermano, pero las condiciones de vida en Beirut son duras y "necesitaba diez meses de sueldo para pagarme un mes de la universidad", confiesa Zain. Entonces abandonó el sueño de volver a estudiar.
En Alepo cursaba la carrera de medicina, pero ahora explica que le gustaría una profesión en la que se "pueda crear algo, dar rienda a la fantasía" y está pensando en arquitectura.
Quizá para en un futuro reconstruir una Alepo que ha sido completamente arrasada, pero también para volver a Beirut, otra ciudad donde la guerra se respira aún en sus numerosos edificios bombardeados.
Había perdido la esperanza hasta que una iniciativa humanitaria mexicana, bautizada como Proyecto Habesha, comenzó a buscar 30 estudiantes sirios que vivieran como refugiados en varios países para que pudieran continuar con su educación superior.
Dos de ellos ya han llegado a México y Zain es el tercero. Será recibido en la ciudad de Aguascalientes, en la Universidad Autónoma, para un curso inicial de español y adaptación cultural y posteriormente cursará los cuatro años de arquitectura.