En la despedida hecha al arquitecto mexicano por parte de familiares y colegas durante la tarde de ayer en el Panteón Francés, Rafael Tovar y de Teresa, titular de la Secretaria de Cultura federal, comentó que se realizará un homenaje “especial y nacional, a la altura y legado de la figura que representó (Teodoro)”, sin embargo, la fecha está por determinarse.
“Vamos a hacerle un planteamiento a la familia en las próximas semanas, cuando tengan mayor disponibilidad personal, lo que le propuse a la familia es que se continuara con todos los homenajes este año y que culminaremos con un gran homenaje nacional”, expresó el secretario de Cultura.
También señaló que actualmente está en imprenta un libro sobre la obra del arquitecto hecho por Arquine, el cual distribuirán en las próximas semanas; además dijo que está en curso la ampliación de accesos al Auditorio Nacional, específicamente un estacionamiento subterráneo que proyectó González de León.
“Es una obra de estacionamiento que cuesta 70 millones y otro (acceso) alrededor de 140 millones, son como 210 millones de pesos de recursos del propio Fideicomiso del Auditorio. La primera parte del estacionamiento sí es un proyecto de Teodoro, la segunda la vimos el jueves y se la mandamos a Teodoro, pero no sé hasta qué punto él se metió a diseñar y promover (la obra). Hay que ver quiénes son los arquitectos de su propio despacho y si él ya lo tenía terminado para continuarla”, dijo.
Teodoro González de León, diseñó recintos como el Museo Tamayo y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) pic.twitter.com/y7CdLKyJed
— Noticieros Televisa (@NTelevisa_com) 16 de septiembre de 2016
Durante el velorio, el arquitecto Felipe Leal comentó que la muerte de su colega representa una enorme pérdida para la cultura nacional del actual siglo. “Teodoro González de León deja un acervo muy grande porque fue un hombre de enorme riqueza cultural, no únicamente cultural, también a nivel de las artes y ciencias, era un hombre preocupado por el devenir nacional y conocía de política, del desarrollo social, de arte contemporáneo, de música, era un referente en muchos campos”.
En opinión del ex director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, la obra de González de León es una huella importante para el país, específicamente, para la historia de la segunda mitad del siglo XX. “No podemos entender la infraestructura cultural y parte del urbanismo del país sin Teodoro. Proyectó desde El Colegio Nacional hasta la Universidad Pedagógica Nacional, el Fondo de Cultura Económica, las embajadas de México en el extranjero, desde Berlín hasta Guatemala y Brasil, y también hizo la remodelación del Auditorio Nacional”.
En palabras de Leal, no existe mexicano que no haya pisado un recinto hecho por Teodoro González de León, “pero sobre todo destacaría la voluntad de lo público que tuvo en sus construcciones, ya sea para la cultura o para la representación gubernamental. Es un digno representante del Estado mexicano en el sentido más noble: hizo una buena arquitectura para la educación, para la cultura, para el entretenimiento. Ese es el legado enorme que deja, además de su pensamiento porque era un hombre reflexivo”.
Por su parte, el arquitecto español residente en México desde hace 12 años, Miquel Adriá, recordó a Teodoro González de León como un amigo de quien aprendió a través de discusiones, exposiciones y viajes.
“Teodoro González de León es uno de los referentes imprescindibles de la arquitectura mexicana de todos los tiempos. Fue alguien capaz de construir esos edificios que de algún modo nos representan a todos, instituciones como la delegación Cuauhtémoc, hasta sedes bancarias o torres que marcan la pauta y dibujan en buena medida nuestras ciudades”, dijo.
Miquel Adria destacó que su primer acercamiento con su amigo y colega, fue antes de que él llegara a la Ciudad de México. “Llegando a México me interesé por su obra, pero ya tenía algún libro de él antes de llegar, después poco a poco fuimos teniendo una amistad muy cercana y en los últimos años tuve la oportunidad de viajar con él, en repetidas ocasiones a diferentes ciudades y países. Pudimos compartir libros, experiencias, exposiciones y con él tuve la oportunidad de discutir y aprender mucho”.
Mensaje de EPN. Por otra parte, desde su cuenta de twitter, el presidente Enrique Peña Nieto lamentó el fallecimiento del arquitecto, de quien dijo fue “un arquitecto universal y profundamente mexicano”.
La última aparición pública de Teodoro González de León sucedió el pasado mes de mayo cuando la Secretaría de Cultura federal, el Instituto Nacional de Bellas Artes, El Colegio Nacional, El Colegio de México y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, organizaron un homenaje en vida al arquitecto por sus 90 años de vida y 70 de trayectoria; en esa ocasión el mexicano expresó que nunca imaginó llegar a esa edad “simplemente sé que voy a empezar la décima década, pero me tiene sin cuidado”.
En este año, González de León realizó tres grandes proyectos: la creación de un nuevo edificio de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México (edificio Mario Ojeda Gómez); la remodelación de la Torre Manacar, ubicada en la esquina de Insurgentes Sur y Mixcoac; y nuevos estacionamientos para el Auditorio Nacional.
“El Manacar es una obra que ya está muy avanzada, fue uno de sus últimos grandes proyectos, de gran dimensión, en un avance de obra negra bastante grande, pero Teodoro era un hombre que tenía todo definido, seguramente la culminación de la torre será su obra póstuma, pero recientemente terminó una ampliación muy interesante de la biblioteca Cosío Villegas de El Colegio de México. Seguramente su despacho y colaboradores terminarán con la Torre Manacar (que tiene 22 pisos) de manera respetuosa”, precisó Felipe Leal.
ADIÓS AL ARTISTA. Teodoro González de León fue un arquitectico que veía en esa disciplina el arte del dibujo. “Tanto en la arquitectura como en todas las artes plásticas, el dibujo y la forma es fundamental. Para mí, el dibujo es el único medio que tenemos para desencadenar el proceso creativo”, dijo en una entrevista aCrónica el pasado mes de marzo. También opinó a este diario que para crear no importa la experiencia “siempre hay que empezar en cero para concebir una idea arquitectónica porque es la que genera un proyecto”.
Teodoro González de León nació en la Ciudad de México, el 29 de mayo de 1926. Realizó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México entre 1942 y 1947, años en los que trabajó con Carlos Obregón Santacilia, Carlos Lazo Berreiro y Mario Pani, además participó en el anteproyecto de la Ciudad Universitaria de la UNAM con los arquitectos Armando Franco y Enrique del Moral.
En 1947 recibió una beca para estudiar en Francia, en donde fue discípulo durante 18 meses, del reconocido teórico de la arquitectura, ingeniero, diseñador y pintor francés Le Corbusier, y fue parte del equipo de trabajo para la Unité d´Habitation de Marsella y L’Usine Duval de St. Dié.
Después, a finales de los años cuarenta, regresó a México, para desarrollar obras en el campo del urbanismo y de la vivienda popular, y posteriormente en el de los grandes edificios públicos y privados. La mayor parte de sus proyectos se concentraron en la Ciudad de México, en conjunto con Abraham Zabludovsky.
Algunos premios que recibió, fueron: Premio Nacional de Ciencias y Artes 1982, en el área de Bellas Artes; Gran Premio Latinoamericano en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires en 1989; Gran Premio de la Academia Internacional de Arquitectura en la V y VII Bienales de Sofía, Bulgaria, en 1989 y 1994, y el Gran Premio de la II Bienal Internacional de Arquitectura de Brasil en 1994.
Su trazo y arquitectura
Dice el arquitecto Felipe Leal que las obras de Teodoro González de León son edificios donde hemos puesto un pie los mexicanos, en referencia a que muchos de ellos son parte de nuestro paisaje cotidiano, especialmente en la Ciudad de México: edificios como el Auditorio Nacional (1), el museo universitario MUAC (2), el Museo Rufino Tamayo (3), el centro comercial Reforma 222, el Colmex y su biblioteca (4), entre otros, son puntos de encuentro cultural y social de referencia. Por otra parte, existen obras en los estados o en otros países (en las embajadas mexicanas) que han diseminado la forma y estructura de su arquitectura que, al igual que todo su legado cultural, permanecerán en pie durante muchos años. [Cronica]