El trabajo permanente de las bases y estructuras a favor de Amado Orihuela Trejo sigue sumando activos en vísperas de la elección, lo que se saldará sin duda con un triunfo contundente e inobjetable, aseguraron líderes sociales de Jiutepec, así como comisariados y ayudantes municipales de Cuernavaca, Emiliano Zapata y Temixco.
Durante las actividades de trabajo del candidato a la dirigencia estatal del PRI, se contó en reuniones por separado con el apoyo de unos 400 líderes, a quienes Orihuela Trejo reconoció y agradeció su empeño por buscar una nueva forma de hacer política, propositiva y de gestión social desde la cúpula del Revolucionario Institucional.
Ante los jefes de manzana, colonia y de sección, el ex diputado federal y ex alcalde de Mazatepec ratificó su palabra de trabajar exclusivamente para la militancia y no para grupos: “Mis únicos compromisos son con los priistas, con el partido y el trabajo político-social, que den como resultado una institución fuerte y triunfadora”.
El diputado con licencia sostuvo que desde la presidencia del PRI se hará una labor diferente, de contacto con la militancia, de atención a grupos vulnerables, de apoyo a los justos reclamos sociales y de lucha junto con sus sectores, para construir un Morelos mejor, con rumbo y objetivos precisos hacia el progreso.
Se pronunció por tender puentes con todas las corrientes del tricolor para consolidar la unidad una vez pasada la elección del 7 de noviembre e iniciar así un proyecto político con miras al 2012 para recuperar la gubernatura de Morelos, la presidencia de la república y la mayoría en el Congreso local y federal, así como en el Senado.
Para ello pidió a los líderes con quienes se reunió redoblar su labor con las bases para sellar el 7 de noviembre el triunfo de la renovación, que los militantes, “los verdaderos priistas reclaman desde hace muchos años (…) un cambio profundo, de forma y fondo, en la manera de hacer y manejar la política”.
En respuesta, los dirigentes sociales asistentes a los encuentros empeñaron su palabra de que el triunfo, ya desde el prerregistro logrado, será legitimado con creces el 7 de noviembre con cada uno de los votos que se emitan a su favor, y que lo lleven a dirigir los destinos de un PRI que ya comienza a vivir una transformación.