Lo de las demandas “es el pan diario para nosotros, no es nuevo. Los empresarios que nos metemos a generar empleo, corremos el riesgo de que nos demanden. Por eso en Canacintra, el problema se resuelve con la consigna de que más vale un mal arreglo que un mal juicio (sic)”, pero más allá de eso, también la capacitación, prevención y asesoría son fundamentales para trabajar en pro de una cultura laboral, apuntó Francisco Sotelo Gil, presidente de este organismo empresarial.
El problema más fuerte lo tienen las micro, pequeñas y medianas empresas que no tienen la misma solvencia que las grandes, apuntó Sotelo Gil. Por lo que, al respecto, el presidente de la Canaco, Rodrigo López Laguardia, señaló que falta cultura laboral entre los comerciantes y empresarios para generar contratos, prestaciones mínimas, entre otras acciones para evitar esta situación, para autoprotegerse; pero para ellos contratar a alguien y meterlo al seguro social representa un gasto importante que hace que en la mayoría de las ocasiones no den esa prestación. Por ello, dijo que es importante que a través de los organismos empresariales exista la asesoría, prevención y consultoría y capacitación necesaria para evitar las demandas.
Tanto Canacintra como Canaco coincidieron en señalar que los representantes del capital deben contar con un salario más digno porque lo que ganan es muy poco (seis mil pesos mensuales); además de que una vez contratados, ante la Junta no pueden litigar para evitar que sean juez y parte, por lo que hicieron un llamado para que se logren generar condiciones más óptimas para ellos ya sea con mayor presupuesto para la Junta o, bien, a través del fondo de productividad del dos por ciento que pagan los empresarios.
Finalmente, resaltaron que es importante que también los despachos de abogados se conduzcan con ética y profesionalismo, porque ya han encontrado una mina de oro con los trabajadores para que demanden, el proceso se alargue y se sangren los bolsillos de los empresarios para que sean ellos, más que los trabajadores que muchas veces por ignorancia “hasta firman una carta poder que después no les permite negociar con el patrón para evitar un proceso más largo y el que el empresario desembolse más dinero del que debe”, finalizaron.