Normal, porque el Centro SCT como la delegación de Sedesol, que encabeza Oswaldo Castañeda Barrera, son posiciones que el senador Adrián Rivera Pérez tiene desde que inició el gobierno federal, como certeramente lo consignó en su columna de anteayer el compañero Daniel Alcaraz Gómez. Son concesiones que su amigo y compadre Felipe Calderón Hinojosa, el presidente de México, le otorgó a Adrián sin interesar la opinión del gobernador del estado.
Es normal que aparezcan dos ex presidentes municipales que van encaminados en el mismo proyecto y no juegan con los intereses del gobernador Marco Adame, como son Rivera y Jesús Giles Sánchez. Normal, porque en la integración del comité nacional del PAN, se supone, queda más reforzado el proyecto del gobernador Adame que el del “Cuadradito de Basoco” Rivera Pérez. Ellos, también es normal, se la están jugando con lo que cuentan. Veamos: Adrián tiene en ésta su única oportunidad de ser candidato de su partido aunque lo complicado es que sea gobernador. Y Marco no descuida la peor etapa que vive un gobernador: justo en el séptimo año, cuando deja la administración que con el poder en manos de otro partido, sin duda, le será complicado. Como normal es la estrategia matrimonial presidencial de uno apoyar a Roberto Gil Zuarth y la señora al ganador Gustavo Madero, de gran parecido físico con su ilustre antepasado pero lo suponemos años luz en condiciones políticas.
Normal que Adame sea el coordinador de asesores porque llevaba la representación de un fuerte grupo, y en Acción Nacional también negocian las fracciones. Normal porque, como todos saben, el PAN es tres fracciones: el PAN del presidente Calderón, el PAN conservador con presencia en el norte, centro, occidente y sur del país –ahí se encuentra Madero, su dirigente— y el tercio que corresponde al Yunque. Normal que se queme incienso a destiempo y se distraiga la atención cuando el secretario general de Gobierno, Óscar Sergio Hernández Benítez, enfrenta responsable y estoicamente una embestida que tiene más de fondo del que suponemos y que si leen la nota de La Unión de Morelos de la edición de ayer en las páginas 2 y 3, se darán cuenta de la magnitud. Normal, que a Óscar Sergio, en esas condiciones como las leemos, lo hubiesen golpeado, algo que sí es anormal a pesar de los tiempos.
¿Normal que a Óscar Sergio lo dejaron solo? ¿Normal que una sola voz en su defensa no haya salido y mejor se plantara el diputado del PRD Fidel Demédicis en la Plaza de Armas? Bueno, normal que así sea cuando todos la pasan en la Ciudad de México atendiendo asuntos políticos personales y dejan la casa sola. Lo de Óscar Sergio pudo ser funesto, inimaginable; no es normal que en unos cuantos espacios se retrate con crudeza los momentos vividos. El linchamiento contenido en Tetela del Volcán a un grupo de presuntos secuestradores hace unas semanas por poco sucede en el corazón de la entidad, en Cuernavaca, y lo hacen contra un funcionario que, hay que decirlo, se ganó el reconocimiento de muchos por su acto de responsabilidad y lealtad.
Normal, Adrián, Giles y demás. En lo suyo. Más allá del problema presente, se juegan su futuro político que es mucho. El gobernador en su nueva faceta de dirigente partidista debe conocer del caso; lo encaran con la oposición más fuerte, el PRI que, normal claro, van a salir con todo. Y al mandatario le quedan más años que los marcados constitucionalmente: los 23 meses que restan de administración y los intensos cuando menos 24 meses en cuanto regrese a la normalidad ciudadana. Arcop y el pasado reciente, facturaciones fantasmas y revisiones jurídicas que en cualquier momento surgirán en el pleito. ¿Quién es Arcop? Rafael Giménez Valdez, director de imagen de la presidencia, hermano de Fidel, el delegado de Comunicaciones y Transportes metido de lleno en la política estatal.
Normal que el pleito siga, todo es normal cuando lo serio, lo grave, sea lo de menos. Es normal la cacería en contra no de Manuel Martínez Garrigós sino sobre el Partido Revolucionario Institucional, ya con cabeza, ya andando, ya reclamando, ya reaccionando. Es la sucesión 2012, y si le dan con “tocho morocho” a MMG, es un indicio que va arriba. Normal que los personajes del PAN hagan lo que vemos porque además de intentar seguir en la pelea sucesoria, está en juego el final del sueño que los sacó de modestos vecinos de unidades habitacionales populares en dueños de fastuosas residencias. En Cuernavaca, todos conocemos cómo se han hecho fortunas. Y estamos enterados, normal, si existen legados o de la nada se suman los nuevos ricos. Juegan con su nueva condición y podrían estar lejos del poder pero nunca de la caja. ¿Normal, no?
Y repetimos la vieja sentencia: normal que el PAN ni robando va a refrendar el gobierno de Morelos.
1 comentario
Hey
Excelente javier, normal que tengamos nños delincuentes en Morelos, normal que existan… Compartelo!