Piden generar otras opciones de control de plagas.

El dirigente de la Central Campesina Cardenista Humberto Sandoval Zamora, dijo que su organización se opone a la prohibición de los plaguicidas de alto riesgo, porque esa medida aumentará los costos de producción agrícola.

Luego de se tiene programado que el 14 de este mes el Senado discuta el dictamen de la reforma a la Ley de Salud promovida por la senadora de Morena Ana Lilia Rivera para prohibir los “plaguicidas altamente peligrosos”, el declarante expuso que hay plagas que aparecen de forma recurrente en cada ciclo de producción y en el caso de granos básicos como el sorgo la más común es la del pulgón amarillo, sobre todo cuando la sequía es prolongada.  

Agregó que en los cultivos de maíz es frecuente la presencia del gusano cogollero, lo que tiene repercusión en los gastos en cada temporada, porque los productores deben usar más plaguicidas, lo que implica un aumento en el costo de producción, pues por la inflación el precio de este insumo también ha registrado alzas. 

El dirigente de la organización destacó que lamentablemente no hay asesoría técnica por parte del gobierno federal o estatal como se requiere. “La única asistencia que tenemos, muchas veces, son las recomendaciones que las propias casas de venta de agroquímicos hacen”.  

Sandoval Zamora llamó a la comunidad científica, a universidades y a autoridades a generar mayor acercamiento con el sector campesino para generar otras opciones de control biológico de las plagas que afectan gravemente los cultivos de granos básicos.  

Esto posibilitaría abatir costos y sobre todo tener productos más sustentables, explicó, al referir que no hay resistencia de los campesinos a cambiar de sustancias, siempre y cuando sean efectivas y menos caras.  

Por su parte el Consejo Nacional Agropecuario ha expuesto su postura en contra de la aprobación sin análisis de riesgo, ya que la eliminación de tajo de esos productos químicos provocaría la caída de la producción nacional entre un 30 y un 40 por ciento.

Proponen que se hagan estudios de fondo sobre los niveles de toxicidad y considerar topes máximos de uso, entre otras medidas. Con la eliminación total de esos plaguicidas -según esta organización- se estaría promoviendo la importación de maíz y otros productos, lo que pondría en riesgo la autosuficiencia alimentaria.