Como resultado de la relación de respeto y hermandad que mantiene Cuernavaca con Japón, este jueves el presidente municipal, José Luis Urióstegui Salgado, sostuvo un encuentro con el Excelentísimo Embajador de Japón en México, Noriteru Fukushima, que en un acto de reciprocidad se abordaron temas de interés mutuo que pondrán abrir canales para probables inversiones, consolidando además actividades culturales, comerciales, sociales y educativas en un futuro a favor de las y los cuernavaquenses.

En las instalaciones del Museo de la Ciudad de Cuernavaca, el Excmo. Embajador de Japón en México, Noriteru Fukushima, manifestó la intención que tienen varias empresas niponas en invertir más en el país, considerando a Morelos, toda vez que Japón es el cuarto inversor más importante para México después de Estados Unidos, Canadá y España, invirtiendo cada año cerca de 20 mil millones de pesos, sin descartar la posibilidad de que puedan establecerse en la capital morelense que es ideal por su cercanía con la Ciudad de México, así como por mantener la belleza del corazón de la República Mexicana.

En esta visita oficial, el alcalde le dio la bienvenida a la ciudad de la Eterna Primavera acompañado de su esposa, Luz María Zagal Guzmán, presidenta del Sistema Municipal DIF Cuernavaca, así como e integrantes del Cabildo y del gabinete, resaltando que esta relación de cordialidad y acercamiento que se ha consolidado con el diplomático podrá generar grandes beneficios para la población, al reconocer la importancia que tiene Japón dentro de la economía mundial, lo que representa la sabiduría del pueblo, la alta calidad de manufactura y de las inversiones que tienen para hacer crecer economía donde quiera que se asienten, lo cual Cuernavaca puede aprovechar. 

Cabe recordar que, con el objetivo de relanzar la hermandad con Japón, el alcalde José Luis Urióstegui, visitó de manera oficial en el mes de octubre las ciudades hermanas de Minō y Ōtaki como parte del aniversario de estos lazos de amistad que se mantienen desde hace 20 y 45 años, respectivamente, posicionando nuevamente a Cuernavaca dentro de la comunidad japonesa, y la relación de más de 400 años con México.