Adame Castillo y gobernadores de otros estados acudieron a esta conmemoración por invitación del Presidente de la república, donde también estuvieron presentes los representantes de los poderes de la unión como el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Guillermo Ortiz Mayagoitia, y los presidentes de la mesas directivas de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, Francisco Ramírez Acuña y Carlos Navarrete Ruiz.
Al recordar a los “constituyentes” de 1917, Marco Adame y Felipe Calderón coincidieron en que se trató de hombres y mujeres con diferencias políticas naturales, que obedecían a la pluralidad de pensamiento de su época, y aún así otorgaron más libertades y más derechos a los ciudadanos.
El mandatario morelense señaló que el país requiere de nuevos acuerdos entre los distintos actores políticos y sociales para lograr un mejor desarrollo; en ese sentido señaló que el 93 aniversario de nuestra Carga Magna invita a una reflexión histórica no sólo del pasado sino del presente y se unió al llamado de reconciliación nacional hecha por el Presidente de México.
En su discurso, Felipe Calderón mencionó que el 2010 es el Año de la Patria, y en cada hogar y en cada rincón del país vibra con fuerza el orgullo de ser mexicano, el orgullo de nuestra historia y de nuestras raíces.
“Por lo mismo, éste debe ser un año de reconciliación nacional, debe ser el año en el que todas las mexicanas y los mexicanos, todos los que deseamos lo mejor para nuestro país, reconozcamos lo mucho que nos une, lo mucho que nos hermana y lo que nos hace ser un solo pueblo, con una misma historia, un mismo ideal y una misma bandera, una misma constitución”.
Para este propósito, subrayó Calderón Hinojosa, que se requerirá un enorme esfuerzo, una gran madurez y generosidad de todos los actores políticos, sin distinción.
Expresó que hoy la obligación es estar a la altura de aquella generación valiosa de Constituyentes, y discutir abierta y francamente lo que sea mejor para México.
Felipe Calderón enfatizó que no sólo se debe asumir el compromiso de hacer realidad el espíritu y el mandato de la Constitución, sino que además “debemos ser capaces de construir los acuerdos que nos permitan responder a los grandes retos que enfrenta la Nación”.