Impulsar el voto de castigo contra los que serán los candidatos gubernamentales es una práctica tradicional en los procesos mexicanos; por ejemplo, en todo el territorio nacional los “jilgueros” de Enrique Peña Nieto y de Andrés Manuel López Obrador están “obligados” a difundir “el fracaso del gobierno de Felipe Calderón”, que surgió de la incapacidad del Partido Acción Nacional; en Morelos, el PRD y el PRI tienen que hacer lo propio cuestionando la administración del panista Marco Adame; en Cuernavaca, el PAN y el PRD deben señalar los desatinos de Manuel Martínez Garrigós, del PRI, y en Jiutepec, el PRI y el PAN deben referirse al gobierno del PRD de Miguel Ángel Rabadán.
En Morelos existen municipios en los que desde 1997 ningún partido político ha logrado refrendar triunfos de forma consecutiva, sobre todo en las zonas rurales, donde la imposibilidad de cumplir compromisos y satisfacer expectativas es observada de manera cotidiana por los votantes, con o sin la participación de la crítica mediática; puntos de la geografía estatal donde “los usos y costumbres” prevalecen y los partidos sólo figuran para cumplir con un requisito legal que se cubre para registrar a las planillas que pretenden realizar una gestión municipal.
La comunicación gubernamental y la que pretenden realizar los partidos políticos están enfocadas a justificar la incapacidad y la pérdida de credibilidad de los actos de gobierno, en esquemas defensivos que los limitan al “debate epistolar y no consideran el impacto que tiene una sociedad cada vez más crítica y más alejada del gobierno, decepcionada y ajena a los procesos de precampaña que han sometido la agenda gubernamental”.
El presidente Felipe Calderón asistió el pasado martes a una reunión con los integrantes del Consejo de Administración de una institución financiera. A uno de los socios se le ocurrió “filtrar” en las redes sociales un comentario del jefe del Poder Ejecutivo, que lo convirtió inmediatamente en el “primer panista del país” (a los presidentes de México durante los gobiernos del siglo pasado se les presentó en las reuniones de su partido como “el primer priista”).
A Felipe Calderón lo presentaron ante los socios del banco como el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Su asistencia se justificó en el marco de exponer un balance en torno a los resultados macroeconómicos de su gestión que han fortalecido la confianza de las estructuras financieras mundiales sobre la disciplina presupuestaria nacional, tema con el cual los asistentes reconocieron el trabajo del actual gobierno.
El comentario que realizó sobre el resultado que puede tener la elección presidencial, y trascendió a través de las redes sociales, superó la exposición presidencial sobre temas financieros, así como la presentación que acerca de sus proyectos realizaron en la misma reunión los tres candidatos presidenciales, lo que “despertó la furia” de los partidos políticos.
La semana anterior concluyó con un enfrentamiento nacional entre las principales fuerzas políticas: desde el PRI, Luis Videgaray, coordinador general de la campaña de Enrique Peña Nieto, dijo: “Lo hecho hecho, y aunque lo expresado por el presidente Felipe Calderón el viernes, ofreciendo no intervenir ni emitir opiniones sobre el proceso electoral, es ‘positivo y una rectificación’, serán las autoridades electorales las encargadas de dilucidar si lo dicho el jueves por el mandatario ante concejeros de Banamex representa una violación a las leyes en la materia”.
Por su parte, el precandidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, puso en duda la aseveración del presidente Felipe Calderón de que no intervendrá en el proceso electoral.
“¿Ustedes le creen?”, reviró a reporteros y agregó que el PAN y el PRI actúan “con las mañas de siempre, con falta de convicción democrática”.
Entrevistado en la ciudad de Puebla, luego de asistir a una reunión privada con integrantes del Club Internacional de Rotarios, recalcó que aunque lo quieren hacer a un lado con “encuestas amañadas” y “hasta están queriendo” desaforarlo médicamente, goza “de cabal salud” y va a salir adelante. Antes durante el encuentro, dijo que su compromiso es “serenar al país” y lograr la tranquilidad del país.
Los conflictos mediáticos nacionales tienen impacto regional en las entidades donde las elecciones federales son concurrentes como en Morelos, donde el mismo día de la contienda nacional se elige al Congreso, Ayuntamientos y gobernador. En 2000 el PRI atribuyó su derrota a la oleada nacional a favor del PAN; en el 2006, la elección en Morelos fue diferenciada: en la urna federal triunfó el PRD y en la local, el PAN. En el 2006, las urnas locales y federales mantuvieron la misma tendencia; en 2012, el PRD y el PRI aseguran que refrendarán triunfos anteriores, el PAN afirma que se beneficiará de la ventaja que está logrando su candidata presidencial Josefina Vázquez Mota.
SE PERDIÓ LA CONFIANZA
En 1996 se creó el Instituto Federal Electoral bajo el esquema ciudadanizado, para que fuera la propia sociedad, a través de un organismo autónomo, la que organizara y sancionara los procesos electorales. En 1997, en Morelos se aplicó ese esquema por primera vez a nivel nacional. En 2006, luego de cuatro procesos electorales, un candidato presidencial y su partido aseguraron que aquel organismo había dado espacio a una “elección de Estado”, lo que justificó una movilización social en diversos puntos del territorio nacional que se prolongó por varios meses y en la capital del país ocasionó la pérdida de un importante número de empleos y el cierre de empresas por el bloqueo del Paseo de la Reforma, una de las principales arterias de la ciudad más poblada del mundo.
El deterioro político y la falta de educación han generado las condiciones para que desde la sociedad se considere a la autoridad electoral como un “apéndice” del aparato de gobierno. Los partidos y sus representantes lo han des-ciudadanizado paulatinamente. En cada sustitución de consejeros, se integra a estructuras con mayores compromisos con cada instituto político. Así quedó demostrado con la última reposición de consejeros en el IFE y algunos investigadores aseguran que se ha pretendido aplicar a la autoridad electoral de Morelos.
Hoy los ciudadanos que fueron insaculados están “poniendo a prueba” a la estructura electoral; en los próximos días deberán responder al llamado de las autoridades del IFE y del IEE para erigirse en funcionarios electorales que estén al frente de cada una de las cerca de dos mil casillas que se instalarán el primero de julio para recibir y contar los cerca de 700 mil sufragios que se emitirán, para designar a las futuras autoridades y los próximos representantes populares.
Los señalamientos que contra esta figura ciudadana han vertido los integrantes de los partidos políticos están generando una reacción: “que pocos acepten ser protagonistas imparciales de aquella contienda”, o sea, convertirse en presidente de casilla, secretario y escrutador, para entregar, cuidar, contabilizar y registrar cada uno de los votos que cada uno de los ciudadanos emita, de acuerdo con la norma jurídica vigente.
La desconfianza que hay contra los partidos y los candidatos es manifiesta en la actitud de pérdida de voluntad para acudir al llamado de la autoridad electoral al curso de capacitación y luego a la celebración del día de la jornada, en un evento durante el cual cada funcionario debe presentarse a recibir el paquete electoral, organizarlo y recibir a los electores, entregarles las boletas, confirmar su participación y luego contabilizar cada sufragio y entregar el resultado a la autoridad correspondiente, alrededor de la media noche del mismo día.
La percepción generalizada vuelve a ser la que la sociedad tenía hasta antes de 1997, cuando el PRI ganaba con “carro completo”. Hoy se asegura que todos los partidos tienen la intención de lograr imponer a sus candidatos menospreciando la participación ciudadana.
EN CUERNAVACA FUE…
El Partido Acción Nacional, con el ex secretario de turismo, Marcos Manuel Suárez Gerard, solucionó la designación de su candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca. Hoy tiene aún pendiente la determinación de quién será su candidato a gobernador; siguen realizando proselitismo entre los militantes y adherentes el senador y ex presidente de ese partido, Adrián Rivera; el ex secretario de Obras Públicas y ex alcalde de Jiutepec, Demetrio Román, y el ex secretario de Planeación y Finanzas, Alejandro Villarreal.
En el Partido de la Revolución Democrática, con el ex procurador del gobierno panista y ex contralor municipal de gobierno priista de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, se terminó el proceso de búsqueda de candidato “ciudadano” a la presidencia municipal de Cuernavaca. El abanderado a la gubernatura es el senador Graco Ramírez, y sólo están por definirse la diputación federal del primer distrito (Francisco Coronato, candidato ciudadano y ex procurador) y la fórmula de senadores.
En el Partido Revolucionario Institucional, se complicó la emisión de la convocatoria para la inscripción de precandidatos a las presidencias municipales y las diputaciones locales. Los candidatos a diputados federales, senadores y gobernador (Amado Orihuela Trejo) ya están definidos. El asunto más delicado es la capital del estado.
La determinación de quién es el candidato a gobernador fue una mezcla de varios temas entre los que destacaron la determinación del Comité Ejecutivo Nacional. Se realizaron varios ajustes en los que se modificaron el destino y las aspiraciones de varios priistas y los grupos políticos en los que participan. Manuel Martínez Garrigós, ex presidente municipal de Cuernavaca, es ahora el dirigente estatal del PRI, el ex líder estatal es el candidato a gobernador, el anterior presidente del Comité Directivo Estatal, Guillermo del Valle, es candidato a senador.
Jorge Meade Ocaranza y Jorge Morales Barud son ex presidentes del Comité Directivo Estatal del PRI en distintas administraciones y por diferentes causas ambos se inscribieron en la amplia lista de aspirantes a la gubernatura y de ahí transitaron a la búsqueda de la alcaldía de la capital del estado.
En el PAN y en el PRD, se afirmó en su momento que un candidato a gobernador que podía competir con sus proyectos de abanderados era Jorge Morales Barud; advirtieron que contaba con “credenciales” para la contienda. Fue gobernador interino de 1998 a 2000 cuando logró impulsar un gobierno de “reconciliación” que generó las condiciones para la organización y la realización de la primera contienda electoral concurrente y bajo una autoridad ciudadanizada que transcurrió en un ambiente de “civilidad”. (En las contiendas internas y la constitucional, aspirantes y candidatos se dijeron “de todo” y esos pronunciamientos no transcendieron el ámbito electoral).
Durante las últimas semanas, Meade Ocaranza y Morales Barud han sido considerados los integrantes de la terna que mayor presencia han logrado. El ex delegado del CEN del PRI en Durango, inició actividades tomando protesta a diversas agrupaciones de adherentes al PRI en Morelos y en diferentes municipios; en el 2000 fue candidato a senador en segunda lugar en la fórmula que encabezó David Jiménez González.
El pasado fin de semana, circularon varios correos reclamándole a Morales Barud el que durante los últimos años aceptara participar en el gobierno panista de Marco Antonio Adame Castillo, uno signado por priistas y el otro por panistas con redacciones y contenidos similares.
Este documento incluye una lista de nombres de los supuestos panistas que acordaron enviar el mismo.
A través de otro correo electrónico, se citó a los reporteros a una rueda de prensa el lunes por la mañana. Uno de los colaboradores del propio Morales Barud acudió a ese restaurante a informar que no había tal convocatoria por parte del supuesto convocante.
“Este tipo de eventos”, consideró Jorge Morales Barud, “están generando la pérdida de confianza de la sociedad en los políticos y en la política”. Agregó que la intención debe ser alcanzar el poder para tener la capacidad de transformar a la sociedad. Sin embargo, en los próximos años, los estudiosos deberán determinar cuáles son las causas y los efectos de este tipo de acciones que hoy generan el desencanto social de cara al próximo proceso electoral.
LA PROPAGANDA NEGRA.
En 1997, cuando partidos y candidatos podían contratar tiempo en radio y televisión sin supervisión alguna, se transmitió en la radio estatal un anuncio que advertía que la política era de “nacos y pobres, que los niños bien no se involucraban en eso”. Tenía como destinatario al entonces candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca del Partido Acción Nacional, al que los priistas consideraban “niño bien” por ser nieto de un ex gobernador y haber acudido a instituciones privadas de educación en la Ciudad de México.
“Los golpes mediáticos” sin origen claro han caracterizado las campañas y las precampañas. En 1987, circuló de forma clandestina un libro llamado Un asesino en la Presidencia; el documento recordaba una desafortunada experiencia infantil del entonces precandidato presidencial Carlos Salinas y su hermano Raúl. La autoría intelectual y financiera se atribuyó al entonces dirigente del Sindicato Petrolero, Joaquín Hernández Galicia.
Meses antes, la “Quina”, considerado entonces el más poderoso líder sindical del país, le advirtió al presidente Miguel de la Madrid: “Si Pemex fracasa, fracasa usted”. Los primeros días de enero, a menos de dos meses del inicio de la nueva administración federal, ese dirigente fue encarcelado acusado de diversos delitos; fue liberado hasta la administración de Ernesto Zedillo.
En 2009, a Manuel Martínez Garrigós le “recordaron en algunos medios” el conflicto legal ente sus familiares. El documento se difundió de manera “anónima”. El abanderado priista superó por 25 mil votos al panista en la contienda constitucional. El manejo de la propaganda “negra” es delicado y sus resultados impredecibles.
LA MIGRACIÓN
El 20 de marzo concluye legalmente el proceso de precampañas. En menos de 20 días todos los partidos deberán determinar quiénes serán integrados a las planillas de los Ayuntamientos y las candidaturas a diputados locales. Algunos grupos no incluidos en las postulaciones harán expresiones de inconformidad, entre las que destacan apoyar durante la campaña y sobre todo el día de la jornada con votos a los candidatos de otras organizaciones que tengan mayores posibilidades de triunfo.
Desde el 2000 a esta migración se le consideró “voto útil”, es decir, protestar contra algún candidato y alguna organización, otorgando el sufragio a una causa con posibilidades de lograr mayoría. Los seguidores del precandidato a gobernador Rodolfo Becerril Straffon al no ser incluidos en los espacios del abanderado Juan Salgado Brito, apoyaron el proyecto de Sergio Estrada.
Hasta 1994, la elección constitucional quedaba solucionada cuando se conocía a los candidatos del PRI-gobierno. En algunos casos, el tiempo de proselitismo era una presentación en sociedad de quien sería el siguiente mandatario; así sucedió con Jorge Carrillo Olea que sólo acudía eventualmente a Morelos pues era un alto funcionario federal, con una intensa agenda laboral en el Distrito Federal. Recorrió junto con su gabinete por primera vez muchos pueblos de Morelos en los primeros días de aquel año.
Las disputas entre aspirantes en aquel partido se libraban en el palacio de gobierno, en el Congreso y en las oficinas de esa organización. En el resto de los partidos las participaciones eran testimoniales. El resultado era siempre el “carro completo”.
Hoy no hay nada para nadie. El PRI no tiene la certeza del triunfo, el PAN cree que puede mantenerse en el poder y el PRD asegura que esta vez sí logrará que le respeten el triunfo “que le robaron en 2006”. Con esa energía cada organización dará la bienvenida a los “cuadros valiosos” que no fueron tomados en cuenta en sus organizaciones. A partir de abril, algunos panistas no satisfechos con el resultado del 18 de marzo migrarán a algún otro partido, algunos perredistas inconformes con el resultado final de las asignaciones de espacios harán lo propio y en el PRI, luego del conflicto que se dará en tanto se resuelve la convocatoria a diputados locales y municipios, también buscarán espacio en otras organizaciones.
El 15 de abril inician las campañas de gobernador; el 30 de abril, las de diputados locales y las de presidentes municipales. En ese momento y de acuerdo con las estructuras reales de las campañas de cada partido y para cada posición podrán establecerse datos más confiables sobre las perspectivas rumbo al primero de julio. Hoy, la belicosidad priista de Morelos coloca la intención de voto hacia esa organización varios puntos abajo de la media nacional, diferencia que podrá ampliarse si continúan los enfrentamientos intestinos.