La familia –cuyos integrantes solicitaron a los medios de comunicación reservar su identidad– informó que los peritajes realizados tanto por la fiscalía como por la Comisión de Derechos Humanos revelaron que Hilario fue torturado durante varios días hasta perder la vida.
Para los deudos fueron extrañas las circunstancias en que murió el interno, quien el 2 de enero se fugó del penal junto con otros cinco reos y casi de inmediato fue recapturado para cumplir con su condena de 20 años de prisión, por el delito de robo de vehículo.
Explicaron que los dictámenes médicos corroboraron que Hilario Montaño tenía múltiples golpes en todo el cuerpo, la mandíbula dislocada y no había comido ni tomado líquidos por varios días; además, el día de su deceso tenía que rendir su declaración.
Señalaron que, efectivamente, el hoy finado había cometido un delito y la familia en todo momento reprobó su conducta y estaba conforme con que purgara una condena, pero el hecho de que él haya cometido un ilícito no es pretexto para dejar en la impunidad el homicidio.
Por ello, exigieron a la fiscalía “descongelar” las investigaciones, que vinculan a 15 internos como corresponsables en el homicidio de Hilario y, sobre todo, que se finquen responsabilidades a los funcionarios penitenciarios que estaban a cargo de la seguridad de los internos.
Y es que para la familia del interno, la tortura y el homicidio fueron perpetrados en complicidad con los encargados de la seguridad del penal, porque durante días fue golpeado y no se le prestó el auxilio para preservar su vida.
Finalmente, la familia expresó su temor a represalias por parte de las personas internas y funcionarios implicados en el asesinato, por lo cual pidieron a la fiscalía garantías y actuar de inmediato para esclarecer el crimen.