De acuerdo con el reporte más reciente de epidemiología de dicho organismo, las personas que han sido afectadas por dicho arácnido, ya superan las mil 300 y ya ha sido necesario utilizar siete mil 404 dosis de suero antialacrán, para atender a esos pacientes.
Por lo tanto, la estadística implica un posible incremento para este año en la incidencia de este problema considerado de salud pública, dada la incidencia anual, que llega hasta los 30 mil casos por año en el Estado.
Conforme a la información del área de epidemiología de los SSM, es importante prevenir estos casos, para ello es importante que la población sepa que “el arácnido tiene presencia en áreas rurales y sub-rurales, así como en terrenos baldíos”.
Los municipios donde se presentan mayores casos de picadura son Tetecala, Jonacatepec, Axochiapan, Jojutla y Tepalcingo.
“Estudios recientes reportan la presencia de 16 especies de alacranes en Morelos, pero sólo dos son las consideradas de importancia médica, debido a su alta toxicidad, éstos son Centruroides limpidus y Centruroides balsasensis.
Dichas especies son las responsables de las más de 30 mil intoxicaciones al año, de acuerdo al grado de intoxicación causada por el alacrán, un solo paciente puede requerir de varias dosis de suelo para contrarrestar el veneno.
Estos arácnidos son de hábitos alimentarios nocturnos y dentro de las casas les gusta alojarse en rendijas en la pared y techos, aunque también lo hacen en las ropas de cama, prendas de vestir y en el interior de los zapatos”.
Fuera de las viviendas se alojan en escombros, piedras, maderas y muebles abandonados y otros materiales que sirven como refugios de los alacranes.
La picadura de alacrán se da como un hecho accidental, ya que el bicho al salir en busca de su alimento, hormigas o pequeños insectos, entre otros, es cuando tiene contacto con las personas.
Las manifestaciones clínicas varían de leves a graves: dolor en el sitio de la picadura, inquietud, comezón nasal, lagrimeo, estornudos, sed intensa, entumecimiento de la lengua y labios con dificultad para hablar, sensación de un cuerpo extraño en la garganta (cabellos atorados), salivación intensa, entre otros. Si el paciente no es atendido con oportunidad causa la muerte.
Los más afectados en la intoxicación por picadura de alacrán son los niños y los adultos mayores”.
El organismo emitió una serie de recomendaciones para prevenir las picaduras, entre ellas “sacudir la ropa y zapatos antes vestirse, revisar la ropa de cama antes de dormir, en viviendas con materiales de construcción vulnerable, se recomienda colocar un cielo raso, principalmente en las áreas donde se duerme, utilizar mallas mosquiteros en puertas y ventanas, entre otras.
Si a pesar de todas estas recomendaciones alguna persona sufre alguna picadura no puede ni debe darse ningún remedio casero, ya que esto en lugar de ayudar a la persona, complica más el tratamiento médico. Se debe acudir de inmediato a la unidad médica más cercana.