La Sala Tercera del Tribunal Superior de Justicia del Estado elevó de 40 a 65 años la pena de prisión a los dos jóvenes acusados de asesinar al catedrático de la Facultad de Psicología, Alejandro Chao Barona, y su esposa la arquitecta Sara Rebolledo, la madrugada del 5 de mayo de 2014.
La Fiscalía General del Estado (FGE) se inconformó de la sentencia emitida en junio de este año por un tribunal de juicios orales que argumentó que la pena debía ser superior, pues los homicidas del famoso catedrático actuaron con las agravantes de premeditación, alevosía, ventaja y traición.
La Sala Tercera del TSJE sesionó este miércoles 7 octubre en la Única Sala de Juicios Orales del TSJE, para analizar el recurso de casación, en la que se dieron a conocer los argumentos de ambas partes.
Los magistrados, Miguel Ángel Falcón Vega, Berta Rendón Montealegre, y Andrés Hipólito Prieto, votaron por unanimidad para elevar la pena a los dos jóvenes que desde hace meses fueron declarados penalmente responsables.
Y es que en su narración de los hechos, los hermanos Juan Carlos de 18 años y Mario Antonio de 26, reconocieron que planearon ir al domicilio del matrimonio para robar objetos de valor, pues días antes uno de ellos fue despedido del vivero, propiedad de Sara, porque lo encontró fumando marihuana.
La prima de los hoy sentenciados, una menor de nombre Diana Guadalupe, declaró que en el homicidio del matrimonio participaron los dos jóvenes y un primo menor de edad, y que estos le confesaron que cometieronel doble crimen porque fueron sorprendidos por las víctimas en el domicilio ubicado en la colonia Bellavista, al norte de Cuernavaca.
La pericial de campo practicada por los expertos revela que los homicidas usaron palos para asesinar al hombre y su esposa, además de que se encontraron huellas de sangre en uno de los tenis de los homicidas.
Tras la sentencia de 40 años, la FGE anunció que presentaría un recurso para elevar la pena de los dos jóvenes.
El entonces adolescenteque participó en el homicidio también fue condenado.
En su inconformidad, el Ministerio Público alegó que no había lugar a dudas que los jóvenes participaron en el homicidio y que merecían la pena máxima, que es de 70 años, por la manera en que cometieron el crimen.
Los magistrados decidieron elevar la pena porque la saña con la que se cometió el homicidio, además de que los jóvenes eran tres y con mayor fuerza que las dos víctimas.
Finalmente, el tribunal informó a Juan Carlos y Marco Antonio, que quedan a salvo sus derechos para inconformarse, pero lo tendrán que hacer ante la justicia federal.