La comitiva tuvo que esperar una hora en la calle, pues las puertas de las oficinas federales fueron cerradas y al lugar arribaron elementos de la llamada Policía Morelos (Mando Único) que dijeron haber acudido a solicitar información. Finalmente fueron recibidos por personal de la dependencia federal.
Roberto Robles Quiroz -habitante del barrio de Santo Domingo- expuso que jamás habían sido tratados de esta manera en la Profepa, lo que les resultó extraño y ofensivo porque sus peticiones han sido formuladas de manera pacífica.
Explicó que la constructora opera con un permiso de impacto ambiental ya vencido y, lo más grave es que – desde su percepción- están talando árboles más allá del trazo que presentaron inicialmente.
Mencionó que ya son cientos de ejemplares los que han devastado, ya que esa zona es de alta población arbórea y en ese mismo momento los trabajadores seguían talando sin control alguno.
Pidieron que de inmediato inspectores de Profepa se trasladaran al lugar para evitar que se continuara con ese “ecocidio” y vigilarán toda la documentación para determinar si hay algún proceso legal a seguir y sancionar, de ser procedente, a quienes incurran en esas anomalías.
Cabe recordar que la ampliación de la referida autopista se ha realizado en medio de protestas y de un juicio, pero los manifestantes insistieron en que hay anomalías y dejaron ver que la empresa constructora incluso podría estar talando árboles más allá de lo que se había proyectado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.