Jojutla. Investigadores y académicos que acudieron a las zonas afectadas por el sismo en el sur de Morelos, con el fin de realizar un estudio socio-arquitectónico de los daños, en la comunidad de Valle de Vázquez descubrieron que toneladas de escombro fueron depositadas en terrenos de cultivo de Jojutla.

De acuerdo con la doctora en urbanismo María Di Castro, docente e investigadora en la Facultad de Arquitectura de la UNAM y en La Salle Cuernavaca, el escombro es producto de las casas destruidas por el sismo en Jojutla.

“Todo este escombro lo están llevando a dos kilómetros más o menos del cruce de la carretera, donde está el puente que están tratando de construir y ahí están depositando en terrenos que son de valor económico porque son productivos, son cañaverales, entonces están quitando la caña. Ya habían empezado ese proceso, no sé desde cuándo, porque en algunas pequeñas partes ya habían puesto un terraplén, pero es probable que sea un efecto de la carretera o de poner más acotamiento, pero ahorita ya son grandes extensiones, son hectáreas completas”.

“Quitaron la caña y soltaron aquí todo este cascajo y además tiene muebles, no sólo es material de construcción, hay muebles, hay bolsas de basura, grandes cantidades de basura. Y lo que están haciendo es distribuirlo a lo largo de estos polígonos que son muy extensos y lo que no vimos fue máquinas compactadoras, eso llama la atención, sino que encima le pusieron una pequeña capa de tierra negra”, dijo la especialista en entrevista telefónica.

El temor de los investigadores es que estos predios puedan ser vendidos para la construcción de viviendas.

“Es bien importante acotar que el cascajo no se puede construir encima, es muy peligroso, porque el cascajo tiene muchos espacios huecos. Para poder hacer un relleno con cascajo se pone cascajo, tierra, se moja para que la tierra ocupe los espacios huecos, superficiales entre el material y luego se pone otra pequeña capa, aquí voltearon todo el cascajo, lo esparcieron y lo taparon”.

“El peligro que corre Jojutla es que uno, hay aun proceso de gentrificación en la zona donde demolieron manzanas completas, es decir que suban el valor del suelo, saquen a las personas que estaban ahí con la promesa de una vivienda nueva, lejos de la ciudad o en la periferia, y que a esos terrenos que desocuparon de una manera totalmente acelerada, les suban el valor y se conviertan en proyectos de algunos intereses privados”, dijo Di Castro.

“El daño es por muchos lados porque la población todavía vive de lo que produce el campo, entonces estás retirando campo productivo pegado a la ciudad. Cada vez estamos mandando la producción más lejos de las ciudades y hay un costo que se incrementa en el transporte, en el producto; ahí estás restándole posibilidades de economía a la población que vive ahí y es un absurdo porque además no es un terreno bueno para construir, aunque no le pusieras cascajo, no es un terreno bueno para construir el terreno agrícola”, dijo.