Para crear un vínculo permanente entre comunidades, universitarios y los distintos actores que trabajan en la reconstrucción luego del sismo del 19 de septiembre, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) organizó el conversatorio Repensar el territorio desde la ciudadanía, titulado Desde los escombros nace la solidaridad, que se llevó a cabo el 9 de noviembre en el auditorio de la Casona Spencer en el centro de Cuernavaca.
Alfonso Valenzuela Aguilera, coordinador de la Maestría en Estudios Territoriales, Paisaje y Patrimonio, explicó que este conversatorio tuvo el objetivo de dar un espacio para escuchar la situación de las comunidades después del desastre y cómo la UAEM pueden ayudarlos para que identifiquen las carencias e ir a la par, universitarios y comunidades, para atenderlas sin imponer algún modelo de desarrollo.
El también coordinador del Observatorio de Seguridad Ciudadana y Cohesión Social, Alfonso Valenzuela, llamó a los presentes crear una estrategia conjunta entre los universitarios brigadistas, colectivos, organizaciones civiles y personas que realizan un trabajo incansable, que van desde las labores de acopio, remoción de escombros, vinculación y financiamiento, para lograr la reconstrucción de viviendas.
Información, asesoramiento técnico y financiamiento, son algunas de las peticiones más urgentes para los pueblos afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre, coincidieron representantes de las comunidades de la Nopalera, el Jicarero, Hueyapan y Tlalquiltenango, durante su participaron en la mesa de trabajo Diálogo desde las comunidades, que formó parte de los trabajos del conversatorio.
Los representantes de dichas comunidades coincidieron que algunos de los problemas más urgentes tienen que ver con la falta de información referente al acceso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), la falta de transparencia en la entrega de ayuda como víveres y materiales de construcción, así como la falta de una estrategia eficiente y oportuna de intervención en comunidades y rancherías más alejadas del estado de Morelos.
Verulo Sánchez Torres, habitante de la Nopalera, destacó la necesidad de reactivar la economía local, diseñar un saneamiento ecológico en las zonas de devastación, organizar redes comunitarias de apoyo para la distribución de víveres, materiales de construcción, así como para el apoyo de servicios médicos y entrega de medicamentos para las familias que lo necesitan.
Gabriel Tump, habitante de la comunidad de Hueyapan, abogó por la reconstrucción consensada con las comunidades mediante modelos de vivienda elaboradas con técnicas de adobe, propios de la arquitectura tradicional vernácula, en una lógica de procesos participativos, con capacitación técnica que integre los saberes comunitarios con los científico arquitectónicos.
Respecto a las propuestas de reconstrucción de viviendas, Claudia Rosales Pérez, habitante de Tlaquiltenango, expresó su inconformidad con la creación de casas estandarizadas, por lo que pidieron a las autoridades de gobierno conjuntar los recursos económicos de asociaciones civiles, para elaborar viviendas dignas y permanentes.
En su intervención, Estephania Domínguez, habitante de la comunidad del Jicarero, expresó que no se vive de despensas y de la asistencia social, sino del trabajo, por lo que abogaron por la reactivación de la economía local de las pequeñas y medianas empresas comunitarias.
Los participantes comentaron que la gente de los pueblos que vive en rancherías alejadas de las cabeceras municipales no van a los albergues por temor al robo de sus cosas, por lo que pidieron mayor vigilancia y seguridad.
Cabe de destacar que este conversatorio fue una iniciativa de los alumnos de la Maestría en Estudios Territoriales, Paisaje y Patrimonio y personal del Programa Universitario de Estudios de la Complejidad y Formación de Ciudadanía de la UAEM, quienes moderaron las mesas de trabajo: Diálogo desde las comunidades, Colectivos y sociedad civil organizada, ¿Gestión o autogestión?.