La Facultad de Arquitectura impulsará programas de conservación y rehabilitación del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de la capital de Morelos; en los últimos años, viviendas típicas han sido demolidas y cambiadas por edificios y plazas comerciales.
De todo el patrimonio histórico, cultural y arquitectónico con el que cuenta la ciudad de Cuernavaca, 40 por ciento de las edificaciones han sido destruidas, afirmó Miguel Ángel Cuevas Olascoaga, profesor investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quien señaló que la prioridad, en los próximos tres años, será intervenir con iniciativas y programas de conservación y rehabilitación del patrimonio histórico.
Dijo que uno de los mayores retos es cómo trabajar en pro de la conservación del Centro Histórico de Cuernavaca, debido a que éste no cuenta con una declaratoria formal de centro histórico, ya que en los últimos años las viviendas típicas de Cuernavaca han sido demolidas y cambiadas por edificios y plazas comerciales.
Ante esta situación, Miguel Ángel Cuevas anunció que ya se trabaja un programa parcial del Centro Histórico para mostrar a las próximas autoridades de gobierno las directrices a tomar en cuenta, como los lineamientos en pro de la conservación del patrimonio, el cuidado de la imagen urbana y la apertura de espacios que tienen que ver con lo cultural, así como bajar el flujo vehicular público en esa zona.
"Hemos visto en indicadores que muchas veces los accidentes que se dan en el centro de Cuernavaca son en horas pico y son por el alto flujo del transporte público sin itinerario fijo y que conglomeran el centro. Entonces, si hay programas para que el flujo vehicular se disperse y sea más ameno, sobre todo en calles del centro, para darle ligereza con una viabilidad mucho más fluida y que impacte lo menor posible en el índice de contaminación", dijo.
Miguel Ángel Cuevas detalló que la capital morelense cuenta todavía con edificaciones con características excepcionales, por lo que existe un catálogo de inmuebles que serán monitoreados para que no sean modificados y que la apuesta en valor y uso sea acorde en la historicidad y no se realice alguna actividad que disperse la esencia histórica de los edificios.
Por eso dijo que es necesario conservar las edificaciones y la vivienda histórica como espacios lúdicos, de esparcimiento y de promoción del arte y la cultura. “Porque una ciudad debe cultivar su historia y promover actividades culturales, no sólo las comerciales”.