El principal problema tanto del Tíber como de las barrancas es el mal uso que hacen de ellas los mismos habitantes. En el caso del Tíber la cantidad de bolsas y botellas de plástico son elementos constantes a lo largo de su trayecto, además de los desechos sólidos humanos que representan uno de los principales contaminantes. Al respecto, existen múltiples esfuerzos que buscan frenar el abuso a través de campañas y una publicidad extensa enfocada a la educación ecológica en la población, pero parece no resolver el problema, por lo que han decidido concentrarse en su limpieza y saneamiento.
En el caso de Cuernavaca vemos que el problema con las barrancas también comienza con la contaminación con desechos de residuos sólidos, el uso de sustancias contaminantes, como jabones, la invasión de las zonas federales que conduce directamente al mal uso de los recursos naturales, así como al crecimiento no planeado de la mancha urbana. Además de todo esto podemos sumarle los rellenos sanitarios que el gobierno propone, en algunos casos, en barrancas que se encuentran aún limpias.
Pero ¿cuáles son las estrategias de saneamiento que ha propuesto el gobierno italiano para el Tíber? La primera fue la proyección de un sistema de intersecciones para limpiar su superficie a través de barreras móviles y un contenedor para la acumulación de basura operada por la empresa responsable de la recolección de residuos. En una propuesta paralela presentada por el Comité Municipal 2013 propone en primera instancia identificar y fortalecer las zonas propensas a inundaciones así como el establecimiento de una autoridad regional responsable de la planificación y programación de las acciones del suelo, sin olvidar la supervisión del correcto uso del agua.
Morelos ha aplicado una estrategia similar identificando los puntos críticos de obstrucción en los cauces. Ha organizado brigadas que diariamente realizan acciones de limpieza en los cauces, actualmente se habla de una cobertura alrededor de los 60 kilómetros. Es comprensible que este esfuerzo no sea suficientemente rápido para evitar las contingencias pluviales, por lo que este tipo de programas invita constantemente a la participación social.
El diagnóstico de las barrancas que da la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente lo divide en dos categorías: formaciones disfuncionales y sistemas urbanos. La primera se encuentra en zonas invadidas por construcciones irregulares donde el impacto es directamente al agua, aire, suelo, flora y fauna. La segunda predomina en la parte norte del estado, afecta parcialmente los cauces e impacta directamente el aire, agua y suelo.
Las aguas negras, como mencionamos anteriormente, es uno de los contaminantes predominantes en ambos países y en ambos casos intentan involucrar de manera responsable a los habitantes vecinos, sea mediante la conciencia ecológica como con una adecuada educación a la cultura ambiental con el entorno. No es de sorprenderse que dos países tan lejanos pudieran tener un gran problema en común con el cual han batallado por décadas y continuará por muchos años más con probabilidades a la politización del tema y hasta un motivo de guerra entre naciones.