Los mismos concesionarios del transporte público reconocieron que las vías de comunicación de la zona conurbada deben desahogarse pues circulan muchos taxis y rutas. Sin embargo, rechazaron que operar con vehículos grandes genere congestionamiento vial; al contrario, dijeron que ayuda a reducirlo.
Los concesionarios del transporte colectivo han señalado que prefieren vehículos grandes para tener mayor afluencia de pasajeros, pues aseguraron que con unidades pequeñas el número de usuarios baja.
Es por eso que en el proceso de renovación adquirieron camiones con una capacidad de aproximadamente 33 pasajeros, de esa forma las rutas que tienen derroteros largos generan más ingresos que una pequeña.
Armando Fernández Barrios, líder de la Ruta 11, detalló que su agrupación cuenta con 64 camiones y cerca de 10 microbuses con el fin de hacer más productivas las unidades por vuelta, ya que los tiempos y las distancias son las mismas pero el número de usuarios aumenta.
“El pasaje disminuye cuando son microbuses porque la gente al ver que la unidad va llena prefiere esperarse a la que viene y toma otra ruta. Con los camiones el pasaje incrementó. Por eso decidimos renovar con camiones”, añadió.
En la misma situación está la Ruta 17 que cuenta con cerca de 74 unidades y el 90 por ciento son camiones, porque su derrotero es largo y conviene que la subida de pasajeros sea mayor.
Son pocas las rutas que renovaron su parque vehicular con combis. Tal es el caso de la Ruta 6, Ruta 10, CTM y la Ruta 4, porque son líneas de transporte con itinerarios cortos, sólo operan en Cuernavaca y parte de Jiutepec.
Según información de concesiones, el parque vehicular de la zona conurbada, que es de más de dos mil unidades, se compone de un 50 por ciento de camiones, 40 por ciento de microbuses y 10 por ciento de combis.