Funcionario estatal considera que la política antiinmigratoria de Estados Unidos inhibirá los viajes de vacaciones de los mexicanos que viven en aquella nación.
Debido a las limitaciones que implican las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, este año se espera una reducción del número de connacionales morelenses que habitualmente visitan el estado durante las vacaciones de verano. Por otra parte, se incrementaron las remesas enviadas a la entidad.
Miguel Ángel Rivera Nájera -titular del área de atención a migrantes de la Secretaría de Desarrollo Social del estado- informó que el dato más reciente indica que aumentó la cifra de dinero que envían los paisanos, como en el año pasado en el que se incrementó en al menos un 16%.
Morelos ocupa el lugar número 11 en cuanto a personas que migran de México a Estados Unidos, pero en cuanto a los recursos que los morelenses envían, la entidad ocupa el séptimo puesto. El año pasado Morelos reportó 616 millones de pesos en este rubro.
La mayoría de ese recurso que entra a la entidad es utilizado por los beneficiarios en gastos de manutención, lo que resulta significativo para la microeconomía.
La mayoría de los morelenses se concentran en estados como Minnesota, California, Nueva York, Texas y Chicago, de acuerdo con las cifras que manejan los consulados.
Comentó que uno de los factores por los que aumentaron las remesas, podría ser el hecho de que muchos de los paisanos no pueden venir, pues temen no poder volver a trabajar.
Respecto al reciente conflicto humanitario que ha despertado polémica a nivel internacional por la separación de niños de sus padres, que durante mucho tiempo eran colocados en jaulas, el funcionario estatal comentó que el reporte del Instituto Nacional de Migración indica que hay 21 familias mexicanas y entre ellas ninguna de origen morelense, pero recordó que muchos de esos casos no son registrados de manera oficial por las autoridades del país vecino.
Aunque no hay cifras exactas, consideró que este fenómeno que se ha dado a conocer recientemente ha impactado en el número de menores que son enviados solos a cruzar la frontera, pues se han dado cuenta de que es real el riesgo de que no recuperen a sus hijos y de que los menores sean objeto de maltrato y diversas formas de violación a sus derechos humanos.